El 1 de agosto entró en vigor en la Unión Europea la primera Ley de Inteligencia Artificial (IA) en el mundo, que tiene como objetivo regular los sistemas de IA para evitar riesgos y promover la innovación. Esta nueva normativa busca establecer un marco jurídico armonizado en la UE para el desarrollo y uso de estos sistemas, con el fin de erigir a Europa como líder en el sector.
Las normas se aplican a los proveedores de sistemas de IA que se utilicen dentro de la UE, así como a los usuarios de estos sistemas. Sin embargo, no se aplican a las autoridades públicas de terceros países ni a los sistemas utilizados en el ámbito militar o de seguridad nacional. Tampoco se aplican a los sistemas utilizados únicamente para fines de investigación y desarrollo científico.
La nueva normativa prohíbe ciertos usos de la inteligencia artificial que atentan contra los derechos de los ciudadanos, como la discriminación por creencias políticas, religiosas, filosóficas, raza u orientación sexual. También se prohíbe el reconocimiento de emociones en el lugar de trabajo, sistemas de puntuación de personas y el uso de IA para manipular el comportamiento humano. Sin embargo, se permiten excepciones en ciertos casos.
Los sistemas de IA de alto riesgo, como los utilizados en infraestructuras críticas, educación y empleo, estarán sujetos a obligaciones estrictas, como la evaluación y reducción de riesgos, la transparencia y la supervisión humana. Además, los responsables de sistemas con requisitos de transparencia deberán informar a los usuarios, para evitar confusiones sobre si están interactuando con personas reales o contenido creado por IA.
En caso de incumplimiento de la normativa, se prevén multas que pueden alcanzar hasta el 7% del volumen global de negocio de las empresas. La plena aplicación de la ley se llevará a cabo veinticuatro meses después de su entrada en vigor, con excepción de ciertas prohibiciones que se aplicarán seis meses después. Las obligaciones para los sistemas de alto riesgo comenzarán a aplicarse treinta y seis meses después de la entrada en vigor de la ley.
En resumen, la nueva Ley de Inteligencia Artificial de la Unión Europea busca regular de manera armonizada el desarrollo y uso de sistemas de IA en la UE, con el objetivo de evitar riesgos y promover la innovación. La normativa establece prohibiciones para ciertos usos de la IA, así como obligaciones para los sistemas de alto riesgo, para garantizar la transparencia y protección de los derechos de los ciudadanos. Además, se prevén multas en caso de incumplimiento de la normativa, y la plena aplicación de la ley se llevará a cabo en diferentes fases a lo largo de los próximos años.