En Ciudad Juárez, epicentro del flujo migratorio en la frontera con Texas, activistas e indocumentados varados advierten de crecientes riesgos, como secuestros a manos de traficantes y muertes en rutas peligrosas. En las últimas semanas se han registrado casos de migrantes hacinados en tráileres y casas, así como extraviados en el desierto de Chihuahua. Los peligros han aumentado desde marzo, según Francisco González Palacios, representante de la red de albergues Somos Uno por Juárez, quienes están siendo expuestos a extorsión, robos y trata de personas.
Los activistas han lanzado una alerta después de un comunicado conjunto emitido por Biden y López Obrador, en el que acordaron implementar medidas para reducir los cruces fronterizos irregulares. López Obrador mencionó que la migración irregular ha disminuido en más de un 50% en la frontera con Estados Unidos, aunque reconoce que los migrantes siguen enfrentando delitos como secuestros y asesinatos. La aplicación CBP One, utilizada por las autoridades estadounidenses, no es una opción atractiva para la mayoría de los migrantes que prefieren arriesgarse en rutas peligrosas.
El pastor Juan Fierro García, administra un albergue en Juárez, señaló que la mayoría de los migrantes rechazan la opción de llegar a un albergue y esperar una cita con las autoridades estadounidenses. Ante los operativos de las autoridades, muchos migrantes prefieren arriesgarse en rutas peligrosas como caminar por el desierto de Chihuahua hasta llegar a la frontera. La información proporcionada por Estados Unidos a los migrantes no es suficiente y los confunde al permitir la entrada masiva de personas por las puertas del muro, lo que dificulta aún más la situación.
Yocseni Bravo, migrante venezolana, relató que su ruta fue muy complicada, especialmente la estancia en el río Bravo, donde esperan el momento ideal para cruzar mientras se cuidan de los secuestradores. La falta de alimentos, el calor y el miedo a ser detenidos por las autoridades migratorias hace que los migrantes prefieran quedarse en la frontera el mayor tiempo posible. El Gobierno de Texas ha colocado una barricada de alambre de navajas que dificulta aún más la situación de los migrantes que buscan cruzar la frontera.
La situación se ha vuelto cada vez más preocupante para los migrantes en Ciudad Juárez, ya que a pesar de la disminución de cruces fronterizos irregulares, siguen enfrentando peligros como secuestros, robos y trata de personas. Los refugios que acogen a los migrantes están apenas al 40% de su capacidad, ya que muchos prefieren arriesgarse en rutas peligrosas. Las autoridades mexicanas y estadounidenses han acordado implementar medidas para reducir los cruces fronterizos irregulares, pero los migrantes siguen enfrentando delitos en su travesía hacia la frontera.
La aplicación CBP One utilizada por las autoridades estadounidenses no es la opción preferida por la mayoría de los migrantes, quienes prefieren arriesgarse en rutas peligrosas como caminar por el desierto de Chihuahua hasta llegar a la frontera. La falta de información adecuada y la confusión generada por la entrada masiva de personas por las puertas del muro complica aún más la situación para los migrantes. La inseguridad, el hambre y el miedo a ser detenidos hacen que muchos prefieran quedarse en la frontera el mayor tiempo posible en busca de un momento seguro para cruzar.