Robert F. Kennedy Jr., el candidato independiente a la Presidencia de Estados Unidos, reveló en una declaración judicial en 2012 que tiene un gusano muerto en el cerebro. En la declaración, explicó que en 2010 experimentaba pérdida de memoria y confusión mental, lo que lo llevó a someterse a pruebas que revelaron una anomalía en su cerebro, inicialmente identificada como un tumor. Sin embargo, otro médico le informó que en realidad se trataba de un gusano que se introdujo en su cerebro, se alimentó de una parte y luego murió.
Tras más pruebas, los médicos determinaron que la «mancha» en su cerebro era en realidad el «resto de un parásito» que probablemente contrajo en un viaje al Sur de Asia. Durante el proceso de divorcio con su ex esposa, RFK Jr. reveló este hallazgo para justificar sus problemas cognitivos y pérdida de memoria como causa de una menor capacidad adquisitiva. A pesar de esto, aseguró que se recuperó de los síntomas sin necesidad de tratamiento y su portavoz desestimó la posibilidad de que su salud pueda perjudicarlo en caso de llegar a la presidencia.
La edad y la salud de los principales candidatos a la Casa Blanca son una preocupación para los votantes de cara a las elecciones de noviembre, con Joe Biden de 81 años y Donald Trump de 77. A sus 70 años, RFK Jr., considerado la oveja negra de los Kennedy y conocido por su postura antivacunas, ha sido hospitalizado al menos cuatro veces por una condición coronaria común y una intoxicación por mercurio atribuida a la ingesta de pescado contaminado.
Aunque RFK Jr. no tiene posibilidades reales de ganar la Presidencia, su presencia en las papeletas electorales podría causar un daño irreparable a uno de los dos grandes partidos, demócratas o republicanos. A pesar de sus problemas de salud y su edad, el candidato ha asegurado no haber sufrido incidentes graves en más de una década. Su historia con el gusano en el cerebro y la intoxicación por mercurio añaden un elemento sorprendente a su ya controvertida trayectoria política.