La falla cardíaca puede presentarse de dos formas: reducida o preservada. La primera ocurre cuando el porcentaje de sangre que sale del corazón es menor al 40%, mientras que la segunda se da cuando este porcentaje supera el 40%. Se estima que entre el 36% y el 50% de los pacientes diagnosticados con falla cardíaca (equivalente a 64.3 millones de personas) tienen el tipo de falla cardíaca preservada, lo que representa entre 23 y 32 millones de pacientes a nivel mundial. Esta condición está asociada con otras enfermedades como la obesidad, la hipertensión arterial, latidos irregulares y la cardiopatía isquémica.
Las comorbilidades asociadas a la falla cardíaca preservada tienen un impacto directo en el pronóstico de la enfermedad. Se estima que alrededor del 75% de los pacientes no son diagnosticados hasta después de una hospitalización inesperada, y entre el 50% y el 75% de los pacientes fallecen en los cinco años posteriores al diagnóstico. A pesar de estos datos alarmantes, existe una falta de urgencia en la identificación temprana de la enfermedad y un tratamiento adecuado en todas las etapas de la falla cardíaca.
Es necesario repensar el manejo y abordaje de los pacientes con falla cardíaca. Se requiere la intervención de equipos multidisciplinarios desde la atención primaria hasta especialistas para identificar los síntomas predominantes y las causas subyacentes de la enfermedad. Los pacientes deben someterse a evaluaciones previas, exámenes de laboratorio especializados y pruebas funcionales para identificar la causa de la enfermedad, lo que puede incluir el uso de imágenes especiales.
Los pacientes con falla cardíaca con fracción de eyección preservada han estado limitados en cuanto a opciones terapéuticas, lo que ha impedido reducir la mortalidad y los síntomas de la enfermedad. La mayoría de los medicamentos disponibles para estos pacientes son diuréticos, que pueden controlar los síntomas pero no reducir el riesgo de mortalidad. Los inhibidores SGLT-2, que originalmente se usaban para tratar la diabetes mellitus, han demostrado ser eficaces en el tratamiento de la falla cardíaca con fracción de eyección preservada, lo que representa un avance significativo para los pacientes.
En el Día Mundial de la Falla Cardíaca, se destaca la importancia de ofrecer nuevas oportunidades de tratamiento a los médicos y pacientes. Los avances en el manejo de la enfermedad pueden mejorar la calidad de vida de las personas afectadas, reducir la incidencia de eventos y proporcionar beneficios consistentes en todas las etapas de la enfermedad. Es fundamental seguir investigando y desarrollando terapias innovadoras para mejorar el pronóstico de los pacientes con falla cardíaca preservada y reducir su impacto en la salud pública a nivel global.