Las elecciones son el proceso en el cual los electores eligen a los cargos públicos en un sistema de democracia representativa. Este proceso involucra una serie de factores que van más allá de la simple razón, llegando a ser un "rompecabezas de la psicología". Según la psicóloga Candela Gómez de la Calzada, la toma de decisiones, incluyendo la electoral, está compuesta tanto por la razón como por la emoción. Aunque intentemos ser racionales, la emoción siempre va a influir en nuestras decisiones, y viceversa. A pesar de que podamos analizar las propuestas de los candidatos de manera racional, alcanzar un raciocinio absoluto es prácticamente imposible.
La psicóloga señala que las personas tienen tendencia a dejarse llevar más por la razón o por la emoción en sus decisiones electorales, dependiendo de factores de su personalidad. Aquellas con mayor reactividad emocional tienden a basar su elección en los sentimientos y sensaciones que les generan los candidatos, mientras que las personas con neuroticismo bajo pueden separar sus emociones de los datos objetivos. La influencia del entorno, incluyendo familia, amigos, y medios de comunicación, también juega un papel fundamental en la formación de nuestros criterios y opiniones políticas, creando diferencias incluso dentro de una misma familia.
En cuanto a la influencia de los mensajes políticos, la psicóloga explica que nuestro cerebro tiende a recordar más los mensajes negativos por una cuestión de supervivencia, priorizando la información que considera peligrosa. Además, los mensajes con contenido emocional suelen tener un mayor impacto en nuestras decisiones, independientemente de si son positivos o negativos. Por lo tanto, es importante tener en cuenta cómo estos mensajes pueden manipular nuestras emociones y decisiones durante el proceso electoral.
En resumen, el proceso electoral es un complejo rompecabezas psicológico en el cual intervienen tanto la razón como la emoción. La influencia del entorno, los medios de comunicación y los mensajes políticos pueden distorsionar nuestra toma de decisiones, haciéndonos más propensos a dejarnos llevar por nuestras emociones en lugar de analizar objetivamente las propuestas de los candidatos. Es fundamental ser conscientes de estos factores para poder tomar decisiones informadas y racionales durante las elecciones, evitando caer en la manipulación emocional y en la desinformación que puede afectar nuestro voto.