La Fiscalía de Hato Mayor logró que un tribunal dictara una sentencia condenatoria de 20 años de prisión contra un hombre que violó sexualmente a un niño de 10 años. El Ministerio Público, representado por la fiscal Jeanny Ramírez, logró que el Tribunal Colegiado de esta jurisdicción acogiera su petición e impusiera a Dalvin Moreno Ramírez la pena máxima que establece la ley en estos casos. Los hechos cometidos en perjuicio del menor de edad fueron demostrados de manera irrefutable.
La investigación realizada por el Ministerio Público reveló que el agresor aprovechó que el niño se dirigía solo a la escuela para cometer el delito. El procesado faltó a los artículos 306 y 331 del Código Penal Dominicano, modificado por la Ley 24-97 sobre Violencia de Género, y el artículo 396, letras B y C, del Código para la Protección y los Derechos Fundamentales de los Niños, Niñas y Adolescentes (Ley 136-03). Moreno Ramírez cumplirá la condena en la cárcel pública de El Seibo.
Este caso es un ejemplo de la lucha contra la violencia sexual infantil y la importancia de que se haga justicia en estos casos. La sentencia de 20 años de prisión es un mensaje claro de que estos actos no quedarán impunes y que se protegerá la integridad de los niños y niñas. La fiscal Jeanny Ramírez y el Tribunal Colegiado de Hato Mayor han demostrado su compromiso con la protección de los más vulnerables.
Es fundamental proteger a los niños y niñas de la violencia y el abuso sexual, ya que estos actos pueden tener consecuencias devastadoras en su desarrollo y bienestar. El día mundial del niño es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de garantizar los derechos de los menores y trabajar juntos para prevenir y sancionar cualquier forma de violencia en su contra. La sentencia en este caso es un paso en la dirección correcta para lograr un mundo más seguro para los niños y niñas.
La sociedad en su conjunto debe estar atenta y denunciar cualquier situación de abuso o violencia infantil, para que los responsables sean llevados ante la justicia y se proteja a los menores de edad. Los niños y niñas merecen crecer en un ambiente seguro y saludable, donde se respeten sus derechos y se promueva su bienestar. La condena del agresor en este caso envía un mensaje claro de que no se tolerará la violencia contra los más vulnerables y se hará todo lo necesario para protegerlos.