Un empleado extranjero de Naciones Unidas murió en un ataque israelí contra un convoy humanitario en Rafah, en Gaza. Israel ha expandido su operación militar en la zona, provocando que unas 360,000 personas hayan huido de la violencia en una semana. La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos estima que la mayoría de los desplazados son gazatíes que vivían en la ciudad, que ahora está siendo atacada por la artillería israelí. En el norte de Gaza, los bombardeos y órdenes de evacuación han creado más desplazamientos y miedo para miles de familias.
La ofensiva militar israelí se está concentrando en Yabalia, ciudad del norte de Gaza donde las tropas han intensificado su actividad en respuesta al retorno de Hamás. Los bombardeos están afectando principalmente a viviendas dentro del campo de refugiados de Yabalia, el mayor del enclave. Los servicios de ambulancias han rescatado al menos 25 cuerpos y atendido a decenas de heridos, pero indican que hay gente atrapada bajo los escombros. En las últimas 24 horas, al menos 57 personas han muerto y 82 han resultado heridas en toda la Franja, elevando el saldo de víctimas desde el 7 de octubre a 35,091 muertos.
La muerte del empleado de la ONU en el ataque israelí en Rafah ha sido confirmada por el Gobierno de Hamás en Gaza. Otro trabajador de la ONU resultó herido en el mismo ataque, que ha sido reportado por medios palestinos e israelíes, pero aún no ha sido confirmado oficialmente por la ONU ni por Israel. Mientras tanto, en Estados Unidos, Trump lidera las encuestas en cinco de los seis estados clave, con un Joe Biden afectado por la situación en Gaza. La región sigue sumida en la violencia y la incertidumbre, con miles de personas desplazadas y en riesgo constante debido a los ataques militares.