Las lluvias torrenciales e inundaciones han afectado a diversas partes del planeta, como Brasil, Indonesia, Afganistán y Kenia, dejando cientos de muertos y miles de desplazados. Según expertos ambientales, estos fenómenos están agravados por el cambio climático. En Brasil, las inundaciones han causado cerca de 150 muertos y más de dos millones de damnificados, con la ciudad de Porto Alegre sumergida durante once días. Medidas como el refuerzo de diques y la instalación de bombas de agua no han impedido la devastación en otras áreas del país.
Mar Asunción de WWF España señala que el cambio climático aumenta la frecuencia e intensidad de eventos extremos, convirtiéndolos en una tendencia global. Fernando Valladares del CSIC añade que los océanos ya no son capaces de regular el calor, lo que provoca fenómenos meteorológicos extremos. En África, las inundaciones en Kenia han dejado cerca de 300 muertos y cientos de miles de damnificados, mientras que en Afganistán se contabilizan más de 350 fallecidos y miles de heridos. En Indonesia, las riadas han causado más de medio centenar de víctimas y dejado a decenas de personas desaparecidas.
En España, el cambio climático representa una amenaza latente, desde la subida del nivel del mar hasta las inundaciones impredecibles provocadas por las DANA. Las olas de calor y las sequías se han vuelto cada vez más frecuentes, coinciden Asunción y Valladares. Las proyecciones de la Agencia Estatal de Meteorología advierten que el próximo verano será especialmente duro en el país. Estos eventos extremos son una llamada de atención sobre la urgencia de actuar para mitigar y adaptarse al cambio climático en todo el mundo.
Es necesario abordar el cambio climático de manera integral, implementando medidas de mitigación y adaptación en todos los niveles. Los gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad en su conjunto deben trabajar juntos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, proteger los ecosistemas y prepararse para los impactos inevitables del cambio climático. La recuperación de las zonas afectadas por desastres naturales también debe ser una prioridad, garantizando la seguridad y el bienestar de las comunidades afectadas.
El aumento de eventos climáticos extremos pone de manifiesto la necesidad de actuar con urgencia para abordar el cambio climático. Es fundamental adoptar medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover la transición hacia energías limpias y sostenibles. La protección de los ecosistemas y la resiliencia de las comunidades frente a los impactos del cambio climático son clave para garantizar un futuro sostenible para todos. La cooperación internacional y la acción colectiva son fundamentales para enfrentar este desafío global y proteger nuestro planeta para las generaciones futuras.