El Departamento de Transporte de Estados Unidos ha establecido nuevas normas para abordar dos problemas comunes en los viajes aéreos: la obtención de reembolsos y la aparición de tasas sorpresa al final del proceso de reserva. Estas normas obligarán a las aerolíneas a cumplir con pánico y coherencia cuando cancelen, retrasen o modifiquen sus vuelos, así como a revelar todas las tarifas antes de la compra de un boleto. Los reembolsos serán automáticos, sin necesidad de que los pasajeros los soliciten, y se realizarán en su totalidad, excepto el valor del transporte ya utilizado.
Estas nuevas reglas también obligan a las compañías aéreas a reembolsar el importe en la forma original de pago, dentro de un plazo de siete días para compras con tarjeta de crédito y de 20 días para otros métodos de pago. Los pasajeros con otras alteraciones en el vuelo, como el descenso a una clase de servicio inferior, también tienen derecho a un reembolso. Además, los pasajeros que paguen por servicios como wifi o selección de asiento que luego no estén disponibles recibirán un reembolso.
Por otro lado, las aerolíneas deben ofrecer vales de viaje o créditos a las personas con pasajes que no puedan volar debido a restricciones gubernamentales o médicas. Estos bonos serán transferibles y podrán utilizarse durante al menos cinco años desde la fecha de emisión. Las compañías aéreas también deberán mostrar de manera clara e individualizada cualquier costo adicional que se aplique antes de la compra del boleto, como el equipaje facturado o la selección de asiento, y explicar la política de equipaje, cancelaciones y cambios de vuelo.
Las nuevas normas se aplican a todos los vuelos de aerolíneas nacionales y a los vuelos con origen o destino en Estados Unidos operados por aerolíneas extranjeras. Si bien estas regulaciones representan un avance importante para los derechos de los pasajeros, todavía falta mucho por hacer para asegurar la competencia en el mercado aéreo de Estados Unidos y evitar costos ocultos que dificulten a los usuarios disfrutar de precios competitivos. Sin embargo, estas medidas son un paso en la dirección correcta para garantizar una mayor transparencia y protección a los pasajeros.