En los últimos años, los actos de violencia durante campañas y elecciones en República Dominicana han disminuido considerablemente. Sin embargo, entre las décadas de 1960 y principios del siglo XXI, se registraron numerosas muertes y heridas en actos de campaña e incluso durante o después de las elecciones. Uno de los incidentes más destacados ocurrió el 19 de mayo de 1966, cuando una caravana encabezada por Joaquín Balaguer fue atacada a tiros en La Romana, resultando en heridos y una víctima fatal.
En 1982, se produjo un grave incidente conocido como "el granadazo", en el que al menos cinco personas perdieron la vida y unas treinta resultaron heridas a causa de la explosión de una granada en la sede de la Junta Central Electoral durante el recuento de votos. Estos sucesos violentos han causado conmoción en la población dominicana y han manchado el proceso electoral con sangre y terror, según relata la investigadora Ángela Peña en su libro "Campañas y crisis electorales: la experiencia dominicana".
Otro evento violento ocurrió en 1986 en Boca Chica, durante un tiroteo entre militantes de distintos partidos políticos que resultó en un número significativo de muertos y heridos. Hechos similares se repitieron en años posteriores, como en 1997 y 1998, donde se registraron varios incidentes violentos cerca de las actividades de campaña. A pesar de estos episodios, en el año 2000 se firmó un pacto ético electoral entre los políticos para garantizar un proceso electoral sin violencia, aunque aún persistieron algunos actos violentos, como la muerte de un ex raso del Ejército durante una caravana política.
En las elecciones posteriores, como las de 2004, 2008, 2016 y 2020, se reportaron diversas muertes y heridas relacionadas con la campaña electoral. En algunos casos, los incidentes violentos ocurrieron durante el cierre de campaña o en los centros de votación. A pesar de los esfuerzos por promover un proceso pacífico, como el pacto ético electoral, la violencia política en República Dominicana ha dejado varias víctimas fatales a lo largo de los años.
En las elecciones municipales de 2024, se han reportado tiroteos entre militantes de partidos políticos, dejando al menos tres heridos en la provincia de Sánchez Ramírez. Estos conflictos violentos han generado preocupación en la población y en las autoridades, ya que representan una amenaza para la estabilidad democrática del país. A pesar de los avances en el proceso electoral y la disminución de la violencia en comparación con décadas anteriores, aún persisten desafíos en el camino hacia unas elecciones libres y justas en República Dominicana.