El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció su apoyo para que la marihuana sea reclasificada como una droga de bajo riesgo, afirmando que nadie debería estar en la cárcel simplemente por poseer o usar esta sustancia. Destacó que muchas vidas han sido afectadas negativamente por un enfoque fallido hacia la marihuana y se comprometió a corregir esos errores. Con esta medida, Biden busca apuntar hacia la población joven y mejorar su imagen ante ciertos sectores de la población.
El proceso de reclasificación implica la presentación del Aviso de reglamentación propuesta (NPRM) a la Oficina del Registro Federal (OFR), en el que se propone que la marihuana pase del anexo I al III. Actualmente, la marihuana está clasificada al mismo nivel que drogas de alto riesgo como el fentanilo y la metanfetamina, por lo que se busca que sea considerada al mismo nivel de riesgo que medicinas bajo receta como los esteroides anabólicos. Este cambio ha sido resultado de una revisión solicitada por Biden en 2022 al Departamento de Justicia (DOJ) y al de Salud.
Una vez presentado el NPRM, se abrirá un período de comentarios públicos de 60 días, tras lo cual la administradora de la DEA designará un juez de Derecho Administrativo para hacer una recomendación final. Basándose en esta recomendación, el DOJ deberá tomar una decisión final respecto a la reclasificación de la marihuana. Desde que asumió el cargo en enero de 2021, Biden ha buscado evitar que los ciudadanos sean encarcelados por posesión de marihuana, incluyendo un indulto por delitos federales de posesión.
Actualmente, la marihuana con usos recreativos y limitada a los mayores de 21 años es legal en 24 estados. Por otro lado, la marihuana con propósitos medicinales es legal en 13 estados, además de aquellos donde está permitido su uso por placer. A pesar de los avances hacia la reclasificación de la marihuana, una propuesta de ley presentada por senadores demócratas para despenalizar su consumo a nivel federal tiene pocas probabilidades de prosperar debido a la oposición de los republicanos en el Senado. Los demócratas necesitarían el apoyo de los republicanos para aprobar la ley, a pesar de tener mayoría en la cámara.