La aprobación de las reformas en República Dominicana podría conducir a una mejora en su calificación crediticia a niveles BB+, lo cual mejoraría su perfil crediticio. Bank of America y Standard & Poor’s coinciden en que la reelección del presidente Abinader y la mayoría en el Senado de su partido brindan un entorno propicio para implementar reformas estructurales, especialmente la fiscal.
Ambos informes hacen hincapié en la importancia de una reforma fiscal para liberar recursos destinados a inversiones sociales e infraestructura, así como para abordar las rigideces presupuestarias y la baja recaudación tributaria en el país. Bank of America destaca que la aprobación de las reformas podría conducir a una mejora en la calificación crediticia, mientras que Standard & Poor’s señala que alcanzar el grado de inversión requeriría mejoras significativas en los perfiles fiscal y de deuda.
Bank of America proyecta un panorama positivo para la economía dominicana, anticipando mejoras en la calificación crediticia como resultado de las reformas fiscales. Por otro lado, Standard & Poor’s enfatiza la resiliencia y dinamismo económico del país, resaltando su capacidad para recuperarse rápidamente de los shocks externos y su impresionante crecimiento económico en comparación con otros países de la región.
Ambos informes coinciden en la importancia de la estabilidad política y la gobernabilidad para impulsar la confianza del mercado en República Dominicana. A pesar de las buenas perspectivas, Bank of America recomienda una ponderación de mercado en la deuda externa del país, mientras que Standard & Poor’s destaca la alta proporción de deuda en moneda extranjera y las rigideces presupuestarias que limitan la flexibilidad fiscal del Gobierno.
En cuanto a la reforma del sector eléctrico, Bank of America espera una continuación de las medidas para mejorar la productividad y reducir las pérdidas en las empresas distribuidoras de electricidad, así como la profundización de las medidas anticorrupción. Por su parte, Standard & Poor’s señala los desafíos persistentes en este sector, como las altas pérdidas de electricidad y la necesidad de ajustes tarifarios, a pesar de las reformas iniciadas en el primer mandato de Abinader.