El nombramiento de Garry Conille como primer ministro de Haití ha sido el resultado de un largo proceso lleno de negociaciones políticas, reuniones y campañas en redes sociales, en el que decenas de candidatos aspiraban a ocupar el puesto. Conille, quien ya ocupó este cargo entre 2011 y 2012 durante el mandato de Michel Martelly, recibió el apoyo de seis de los siete miembros con derecho a voto del Consejo Presidencial de Transición.
El Consejo Presidencial de Transición y el primer ministro designado trabajan en la selección de las personalidades que compondrán el gabinete, y se espera que el decreto con el nombramiento de Conille sea publicado pronto. Se espera que el gabinete esté formado a finales de esta semana, y que pueda tomar posesión a principios de la próxima. Conille agradeció a quienes propusieron su nombre y aseguró que juntos trabajarán por un futuro mejor para los niños de Haití.
Varios candidatos se postularon para el cargo de primer ministro, después de que se acordara que la presidencia del Consejo Presidencial sea rotatoria y que las decisiones importantes sean adoptadas por al menos 5 de los 7 consejeros con derecho a voto. Del proceso de más de 100 propuestas, se seleccionaron 15 y luego 5 candidatos, para finalmente quedar tres en la lucha final: Didier Fils-Aimé, Fritz Bélizaire y Garry Conille, siendo este último elegido finalmente.
El nuevo primer ministro de Haití se enfrenta a grandes retos, entre ellos la organización de elecciones en el país para la investidura de un nuevo presidente en febrero de 2026, en medio de una aguda crisis económica, social y política, y un ambiente de violencia generada por bandas armadas. Se espera la llegada de una misión multinacional liderada por Kenia para apoyar en la seguridad del país. El cargo de primer ministro en Haití fue establecido por la Constitución de 1987, y desde entonces ha tenido alrededor de 25 titulares, de los cuales solo 3 mujeres.
El primer ministro de Haití tiene una amplia gama de responsabilidades y poderes, incluyendo la administración central del Estado, la dirección de la acción gubernamental, y los poderes de nombramiento, disciplina, gestión, instrucción, rechazo y recurso. Conille, en su nuevo cargo, se enfrenta al desafío de liderar el país en un momento crucial, en el que se requiere estabilidad, seguridad y desarrollo para superar las dificultades actuales y construir un mejor futuro para todos los ciudadanos de Haití.