Según los documentos de la Junta Central Electoral, de los 863,785 dominicanos empadronados para votar en el extranjero, 696,151 (80.59%) no ejercieron su derecho al voto. A pesar de que muchos consideran que la JCE hizo un trabajo eficiente y transparente al empadronar a tantos ciudadanos en 35 países, la baja participación electoral de solo el 19.41% en el exterior demostró lo contrario. De los 167,634 votantes en el extranjero, solo 165,213 votos fueron válidos.
En la circunscripción 1-USA, con 549,553 votantes, el 81.96% no votó, dejando solo el 18.04% de participación. De esos votos, 97,836 fueron válidos. En la circunscripción número 2, con 164,796 votantes, el 80.94% no votó, resultando en un 19.06% de participación y 30,886 votos válidos. En la circunscripción número 3, con 149,436 votantes, el 75.19% no ejerció su voto, dejando solo el 24.81% de participación y 36,491 votos válidos.
Esta baja participación electoral en el extranjero revela la falta de interés o las dificultades que enfrentan los dominicanos en el exterior para ejercer su derecho al voto. A pesar de los esfuerzos de la JCE por facilitar el proceso de empadronamiento, la mayoría de los ciudadanos no participaron en las elecciones. Este fenómeno plantea la necesidad de abordar las posibles barreras que impiden que los dominicanos en el extranjero participen activamente en el proceso político de su país.
La falta de participación de la diáspora dominicana en las elecciones también plantea preguntas sobre la representatividad de los partidos políticos y su capacidad para movilizar a los votantes en el extranjero. A pesar de que la JCE pudo empadronar a un gran número de ciudadanos en diferentes países, la baja votación sugiere que los partidos políticos no están llegando eficazmente a sus votantes potenciales en el exterior. Esto podría tener implicaciones para la legitimidad y representatividad de los líderes electos.
Para fortalecer la participación de la diáspora dominicana en el proceso electoral, es necesario abordar las posibles barreras que impiden que los ciudadanos en el extranjero voten. Esto podría incluir medidas como facilitar el proceso de votación en el exterior, aumentar la información sobre las elecciones y mejorar la comunicación entre los partidos políticos y los votantes en el extranjero. Al abordar estos desafíos, se podría fomentar una mayor participación de la diáspora en el proceso político de la República Dominicana.