La Inteligencia Artificial (IA) es considerada como una revolución tanto empresarial como para la humanidad en general, transformando todas las industrias y desafiando a entender sus alcances, límites y riesgos. Es por ello que la regulación y supervisión de esta herramienta se vuelven fundamentales, así como la protección de los datos que la alimentan. En República Dominicana, el Club de Gestión de Riesgos (CGRRD) realizó un desayuno-conferencia con el apoyo de Deloitte para abordar las implicaciones de la IA en la toma de riesgos en el país.
En el evento, se discutió el impacto de la Inteligencia Artificial Generativa en las empresas, así como sus aplicaciones, implicaciones y perspectivas futuras en la fuerza laboral. Se destacaron los riesgos asociados al rápido crecimiento en el uso de la IA en las actividades cotidianas de las empresas y los individuos. Carlos J. Rijo Montás, presidente del CGRRD, enfatizó que la IA es una revolución que desafía a entender su alcance y gestionar sus riesgos, así como a estar preparados para adaptarse a los cambios que trae consigo.
En el evento se presentó la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (ENIA) seguida de un panel de expertos locales e internacionales que discutieron sobre las estrategias de mitigación y cuantificación de riesgos en el uso de la Inteligencia Artificial. Emmanuel Bolaños, socio de consultoría de riesgos en Deloitte, explicó las implicaciones de la IA en las empresas en República Dominicana, resaltando que aunque es una herramienta que puede ser beneficiosa para el desarrollo industrial, también conlleva riesgos como fraudes y ciberataques.
Abel López, coordinador de la ENIA de la Oficina Gubernamental de Tecnologías de la Información y Comunicación (OGTIC), alertó sobre el riesgo de que la productividad nacional se vea limitada si el país se mantiene en un modelo económico basado principalmente en el turismo. Propuso que el modelo de producción de RD se base en el conocimiento, la creatividad y la innovación, lo que dio lugar a la creación de la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial. Destacó la importancia de la colaboración con otros países de la región para desarrollar políticas en este ámbito.
La preocupación en torno a la Inteligencia Artificial se extiende a diversos sectores que ven peligros en su avance, más allá del desplazamiento de la mano de obra. Existe una preocupación de que la IA pueda eventualmente atentar contra la humanidad y volverse en su contra. Por ello, la importancia de la regulación, supervisión y conciencia sobre los riesgos asociados a esta tecnología se vuelve fundamental para su correcto uso y protección de los datos. La adaptabilidad y la formación de estrategias de mitigación de riesgos se presentan como un desafío para las empresas y organizaciones en un entorno cada vez más digitalizado y automatizado.