El futuro de la dirigencia de alto nivel del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se encuentra en crisis, con la declinación de Danilo Medina y Charlie Mariotti. Se debate entre perfiles nuevos y de la vieja escuela, con la necesidad de renovar completamente la estructura del partido que estuvo en el poder durante 20 años. Tras su derrota en las elecciones de 2020, el PLD cayó al tercer lugar, detrás de la Fuerza del Pueblo y el Partido Revolucionario Moderno. Con solo 13 diputaciones y sin representación en el Senado por primera vez en su historia, el partido busca una limpieza interna para reconciliarse con la población.
Diversas opiniones han surgido entre los miembros del PLD, con debates sobre quiénes podrían reconstruir la figura del partido para las elecciones de 2028. Figuras como José Ramón Peralta han confirmado que no aspirarán a puestos directivos, cediendo espacio a una nueva generación. Mientras tanto, Roberto Rodríguez Marchena ha propuesto mantener a Danilo como presidente para reparar los daños sufridos. La vicepresidencia del PLD, Juan Ariel Jiménez, ha señalado la necesidad de modificar la forma de hacer política, abrazando una renovación con respeto y prudencia, para conectar mejor con la sociedad.
En una entrevista, Jiménez admitió que el PLD experimentó muchos errores en el camino, como una desconexión con la base del partido y falta de humildad. La división entre líderes y el fraccionamiento dentro del partido también han contribuido a la crisis actual. El vicepresidente del PLD insta a realizar una evaluación profunda de la organización y a tomar decisiones fuertes y, a veces, radicales para corregir el rumbo. Felipe Romero, miembro del Comité Central, también ha llamado a una evaluación profunda y reestructuración de todos los organismos del partido y a una mayor honestidad respecto al número de militantes.
El X Congreso Ordinario del PLD, inicialmente programado para el 2025, fue adelantado para acelerar el proceso de renovación de la dirigencia del partido. Se estableció una revisión estatutaria para el 15 de julio y la selección del nuevo Comité Central para agosto, que a su vez escogerá a los nuevos miembros del Comité Político. Este proceso de renovación y reestructuración es visto como una medida necesaria para sacar al partido de la crisis en la que se encuentra y reconstruir su imagen de cara a las elecciones futuras. La necesidad de cambios y una nueva forma de hacer política se vuelve imperativa para el PLD.