Claudia Sheinbaum, la nueva presidenta de México y la primera mujer en gobernar el país en más de 200 años de vida independiente, ganó las elecciones con una promesa de continuidad que le permitió obtener una amplia ventaja. A sus 61 años, Sheinbaum desplegó una campaña bien estructurada aprovechando la popularidad de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador. Aunque comparte similitudes políticas con él, se considera que Sheinbaum tiene un enfoque más centrado en los datos y menos combativo.
Durante la pandemia de COVID-19, Sheinbaum tomó decisiones basadas en la ciencia y en los datos como alcaldesa de Ciudad de México, en contraposición a las decisiones del gobierno federal. Amplió la política de pruebas de detección y estableció restricciones laborales a pesar de la oposición de López Obrador para contener la propagación del virus. A su vez, Sheinbaum ha expresado su intención de reforzar a la Guardia Nacional para abordar los altos niveles de violencia en el país, así como de abordar las causas sociales que empujan a muchos jóvenes hacia la delincuencia.
En cuanto a su plataforma política, Sheinbaum ha elogiado a López Obrador y se ha comprometido a continuar con sus políticas, como combatir la pobreza a través de un Estado de bienestar fuerte y promover el uso de energías limpias. A diferencia de su predecesor, se percibe que Sheinbaum es menos confrontadora y más selectiva en sus batallas políticas, evitando conflictos públicos con otros sectores del poder y de la sociedad. Su enfoque se centra en garantizar los derechos mínimos para todos los habitantes.
En su acto final de campaña, Sheinbaum enfatizó su propuesta de justicia como estrategia para enfrentar a las bandas criminales en lugar de optar por la mano dura, las guerras o el autoritarismo. Su visión se basa en atender las causas de la violencia y avanzar en la lucha contra la impunidad. A pesar de su afinidad con López Obrador, se espera que Sheinbaum siga un camino propio en su administración, marcado por un enfoque más científico y menos combativo.
Sheinbaum asumirá la presidencia el 1 de octubre y se enfrentará a varios retos, incluyendo la violencia, la pobreza y la crisis sanitaria. A través de una plataforma basada en la ciencia y el bienestar social, Sheinbaum buscará consolidar la cuarta transformación en México. Su labor estará marcada por su formación científica, su enfoque en los datos y su compromiso con la justicia y la igualdad para todos los mexicanos.