En las elecciones presidenciales, legislativas y municipales de este año en la República Dominicana, los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformista Social Cristiano (PRSC) se encontraron al borde del colapso. Estos dos partidos, que durante más de tres décadas fueron las principales fuerzas políticas del país, iniciaron su rivalidad en la década de 1960. Sin embargo, desde finales del siglo pasado, han enfrentado conflictos internos, divisiones y falta de renovación en sus estructuras.
El PRD, con Juan Bosch como candidato presidencial, ganó las elecciones generales de 1962 y se convirtió en el partido dominante. Sin embargo, Bosch fue derrocado siete meses después por un golpe militar. Posteriormente, en las elecciones de 1966, Joaquín Balaguer y el Partido Reformista derrotaron al PRD, lo que llevó a la división del partido y a la formación del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) por parte de Bosch.
José Francisco Peña Gómez emergió como líder del PRD y logró conducir al partido a la victoria en las elecciones de 1978 y 1982, derrotando a Balaguer. Sin embargo, Balaguer regresó a la escena política y ganó las elecciones de 1990 y 1994. Estos sucesos marcaron el comienzo de la decadencia del PRD y el PRSC, a pesar de los intentos de Peña Gómez por fortalecer su partido.
En las elecciones de finales de la década de 1990 y principios del siglo XXI, tanto el PRD como el PRSC experimentaron fracasos electorales y crisis internas. El PRD se dividió en múltiples facciones y cayó en picada en términos de apoyo popular. Por su parte, el PRSC también enfrentó una disminución en su respaldo electoral y vio cómo sus principales líderes abandonaban el partido.
En las elecciones más recientes, tanto el PRD como el PRSC se han aliado con otros partidos en un intento por mantenerse relevantes en la política dominicana. Sin embargo, sus resultados han sido decepcionantes, con una reducción significativa en el porcentaje de votos obtenidos. Esto ha llevado a que ambos partidos se encuentren en una posición de minoría en el panorama político del país, marcando un alejamiento de los días de gloria que una vez tuvieron.
En resumen, la historia política reciente de la República Dominicana ha sido testigo de la decadencia de los dos principales partidos, el PRD y el PRSC. Enfrentando crisis internas, divisiones y falta de liderazgo, estos partidos han perdido gran parte del apoyo popular que alguna vez tuvieron. A medida que otras fuerzas políticas emergen en el escenario dominicano, el futuro de estos dos partidos parece incierto y su relevancia política se ve cada vez más erosionada.