El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó una nueva orden ejecutiva el martes, limitando la cantidad de personas que pueden solicitar asilo en la frontera con México. Esta medida es la más drástica que ha tomado durante su Presidencia y recuerda a las medidas utilizadas por el expresidente republicano Donald Trump. Las restricciones son temporales y se activarán cuando el número de cruces irregulares supere un límite específico, para luego pausarse cuando disminuyan.
Cuando las medidas estén en vigor, las autoridades tendrán la capacidad de deportar a los países de origen o expulsar a México a las personas que crucen de manera irregular, a menos que demuestren bajo estándares más estrictos que podrían ser perseguidas o torturadas si son expulsadas. Las restricciones se activarán cuando se superen 2,500 cruces irregulares diarios en la frontera durante un periodo de siete días. Esta orden migratoria más restrictiva de Biden se presenta como un contrapunto a las políticas de Trump.
La nueva orden ejecutiva de Biden busca frenar la cantidad de personas que llegan a la frontera sur en busca de asilo, en un intento por controlar la inmigración irregular. La medida ha generado controversia, ya que se considera una acción drástica que limita el acceso al asilo, una protección fundamental para personas que huyen de la persecución y la violencia en sus países de origen. Sin embargo, se argumenta que es necesaria para mantener el orden en la frontera y proteger la seguridad nacional.
La presidencia de Biden se ha caracterizado por intentar deshacer las políticas migratorias implementadas por Trump, pero esta nueva orden muestra similitudes con las medidas restrictivas de su predecesor. A pesar de las críticas, Biden ha defendido la acción como necesaria para controlar la inmigración irregular y proteger la frontera. Se espera que estas medidas sean efectivas para reducir el número de cruces irregulares y el flujo de personas que llegan a la frontera en busca de asilo.
La orden ejecutiva de Biden también incluye la creación de un grupo de trabajo para revisar las políticas de asilo y proponer soluciones a largo plazo. Se espera que este grupo estudie la situación en la frontera y presente recomendaciones para mejorar el sistema de asilo y garantizar que las personas que realmente necesitan protección puedan acceder a ella de manera segura y legal. Esta medida refleja el compromiso de la administración de Biden de abordar el tema de la inmigración de manera integral y encontrar soluciones sostenibles.
En resumen, la nueva orden ejecutiva de Biden busca limitar la cantidad de personas que pueden solicitar asilo en la frontera sur, implementando restricciones temporales que se activarán cuando el número de cruces irregulares supere un límite específico. A pesar de las críticas y las comparaciones con las políticas de Trump, Biden ha defendido la medida como necesaria para controlar la inmigración irregular y proteger la frontera. Se espera que estas acciones sean efectivas para reducir el flujo de personas que llegan a la frontera en busca de asilo, mientras se trabaja en soluciones a largo plazo a través de un grupo de trabajo especializado.