El Cementerio Cristo Redentor fue escenario de la conmovedora despedida de Richard Estrella Arias, uno de los fallecidos señalados por la policía como asaltante del Banco Popular. Con lágrimas, algarabía y una multitud guiada por un desfile de patanas, el ataúd con los restos de Estrella fue llevado hasta su nicho mientras una bachata melancólica sonaba a todo volumen. La familia del fallecido expresó su dolor y negó su participación en el asalto, destacando la dedicación y trabajo del joven de 25 años.
Otro de los fallecidos, Johan Eduardo Belliard Aybar, también fue sepultado en el Cementerio Cristo Redentor bajo circunstancias tensas. Su familia se resistió a la presencia de los medios de comunicación en el velatorio y la sepultura, sintiéndose afectados por los señalamientos hacia ellos. A pesar de la tensión, pocas personas acompañaron el carro fúnebre color gris en su llegada al cementerio. La situación se vio agravada por declaraciones previas de la madre de Belliard, Maribel Belliard, que generaron controversia.
Los velatorios de ambos supuestos asaltantes se llevaron a cabo en escenarios distintos. En una estrecha calle del sector El Hoyo, Santo Domingo Oeste, familiares y amigos se reunieron para despedir a Eduardo Belliard Aybar con botellas de cerveza. Por otro lado, Richard Estrella Arias fue velado en silencio en la funeraria Protectora El Edén de Herrera. Ambos funerales estuvieron marcados por la tristeza y el dolor de las familias y amigos de los fallecidos.
El padre de Richard Estrella, Alberto Estrella, defendió la memoria de su hijo como un joven trabajador y se lamentó de la situación que terminó en su muerte. La familia y amigos de los fallecidos expresaron su pesar y rechazaron las acusaciones de la policía, destacando que los jóvenes podrían haber aportado a la investigación si se les hubiera dado la oportunidad de seguir con vida. La controversia y la tensión rodearon los funerales, reflejando la complejidad de la situación y las emociones encontradas de quienes perdieron a sus seres queridos.
A pesar de las circunstancias difíciles y los señalamientos hacia los fallecidos, las familias y amigos de Richard Estrella y Johan Eduardo Belliard se unieron para despedir a sus seres queridos en un ambiente de tristeza y dolor. A pesar de las diferencias y controversias, los funerales permitieron a quienes conocieron y amaron a los fallecidos rendirles un último homenaje y encontrar consuelo en la comunidad y el apoyo mutuo. La pérdida de vidas jóvenes en circunstancias trágicas deja una marca imborrable en quienes los conocieron, recordándonos la fragilidad y la complejidad de la vida humana.