Un estudio realizado por la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) analizó el uso del tiempo de pantalla y el consumo de alimentos ultraprocesados en adolescentes, liderado por la investigadora Mònica Rodríguez-Barniol. Los alimentos ultraprocesados son preparaciones industriales que contienen aditivos, estabilizantes, potenciadores del gusto, colorantes, aromatizantes, entre otros ingredientes. En el estudio se exploraron las motivaciones y percepciones de los adolescentes sobre su consumo de ultraprocesados frente a las pantallas, destacando la soledad, la influencia de sus pares y la falta de habilidades para una alimentación saludable como factores que influyen en este consumo.
Los adolescentes participantes en el estudio manifestaron que consumen más alimentos ultraprocesados durante el desayuno y la merienda, principalmente aperitivos salados, cereales azucarados, galletas y caramelos. Señalaron que la disponibilidad, el sabor agradable, la facilidad de preparación y consumo, así como el marketing, son factores que potencian el consumo de estos productos. Además, la influencia de la publicidad en las pantallas también se asoció con el consumo de alimentos ultraprocesados, aunque se necesita más investigación para determinar la efectividad de regular esta publicidad en la dieta de los adolescentes.
A pesar de que los adolescentes reconocen que el alto procesamiento y manipulación de los alimentos ultraprocesados podría ser perjudicial para la salud, no especificaron con qué enfermedades podrían relacionarse. Sin embargo, expresaron la necesidad de equilibrar su dieta con alimentos más saludables como vegetales, legumbres, fruta, pescado y carne. Algunos adolescentes también mencionaron que el consumo de ultraprocesados les brindaba una sensación de bienestar emocional, evidenciando la falta de habilidades y conocimiento sobre una dieta saludable.
Durante las comidas en familia, los adolescentes participantes señalaron que acostumbran a consumir alimentos frescos como verduras, carne, pescado y fruta, reduciendo la presencia de alimentos ultraprocesados en sus dietas. Aunque el estudio no analizó específicamente la influencia de la educación en estos hábitos alimenticios, se destaca la relevancia de que los padres actúen como modelos a seguir en la alimentación de los adolescentes. Asimismo, algunos adolescentes expresaron culpa por consumir más productos ultraprocesados de los que deseaban, intentando compensarlo con más ejercicio físico.
En conclusión, este estudio destaca la importancia de comprender las motivaciones y percepciones de los adolescentes sobre su consumo de alimentos ultraprocesados frente a las pantallas. Se abre la puerta a futuras investigaciones sobre la efectividad de medidas como la creación de entornos alimentarios más saludables, el aumento del conocimiento de los adolescentes sobre la alimentación saludable y la limitación en el uso de pantallas para promover una alimentación más saludable en esta población.