Un estudio publicado en Nature Communications señala que el uso de inteligencia artificial y análisis de sangre podría predecir el inicio de la enfermedad de Parkinson hasta siete años antes de que aparezcan los síntomas. Investigadores del University College de Londres y del Centro Médico Universitario de Goettinge han desarrollado una prueba que analiza ocho biomarcadores sanguíneos alterados en pacientes con Parkinson, con una precisión del cien por cien.
Se analizó la sangre de 72 pacientes con trastorno de conducta por movimientos oculares rápidos (iRBD), una condición que suele preceder al Parkinson, y se encontró que el 79 % de los pacientes con iRBD tenían el mismo perfil que alguien con Parkinson. Los pacientes fueron seguidos durante diez años y se pudo predecir con éxito que 16 de ellos desarrollarían la enfermedad, hasta siete años antes de la aparición de cualquier síntoma. Los pacientes a los que se les predijo que desarrollarían Parkinson están siendo monitoreados para verificar la precisión de la prueba.
Los investigadores esperan obtener financiación para crear una prueba más sencilla que permita predecir la enfermedad incluso antes de los siete años previos a la aparición de los síntomas. Esta herramienta permitiría identificar potenciales pacientes de Parkinson con varios años de anticipación, lo que podría llevar a administrar terapias farmacológicas en una fase más temprana y ralentizar la progresión de la enfermedad o incluso prevenir su desarrollo. Los marcadores utilizados en la prueba están relacionados con procesos como la inflamación y la degradación de proteínas no funcionales, lo que representa posibles dianas para nuevos tratamientos.
El Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que afecta a casi 10 millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por la muerte o deterioro de células nerviosas en el cerebro que controlan el movimiento, provocando una disminución en la producción de dopamina. Hasta ahora, los pacientes son tratados con terapia sustitutiva de dopamina una vez que han desarrollado síntomas, como temblores, lentitud de movimientos y problemas de memoria. La predicción y el diagnóstico tempranos podrían ser clave para encontrar tratamientos que ralenticen o detengan la enfermedad protegiendo las células cerebrales productoras de dopamina.
En conclusión, el uso de inteligencia artificial y análisis de sangre podría revolucionar la forma en que se diagnostica y trata el Parkinson, permitiendo una detección temprana y la posibilidad de intervenir antes de que aparezcan los síntomas. Esta investigación representa un avance significativo en la lucha contra una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo y abre la puerta a nuevas terapias farmacológicas que podrían cambiar el curso de la enfermedad.