El sol, aunque parezca inofensivo, esconde un peligro para los ojos: los rayos ultravioleta (UV). La exposición a estos rayos puede causar diversos problemas oculares, desde quemaduras en la córnea hasta cataratas, degeneración macular, pterigión y cáncer de ojo y párpado. Es importante proteger los ojos de forma adecuada para evitar daños permanentes.
Los rayos UV se dividen en tres tipos: UVA, UVB y UVC. Los rayos UVA constituyen el 95% de la radiación que llega a la Tierra y pueden causar envejecimiento prematuro y daños a largo plazo en los ojos. Por otro lado, los rayos UVB son responsables de las quemaduras solares y pueden dañar la córnea y el cristalino. Por último, los rayos UVC son los más letales, pero por suerte son bloqueados en gran parte por la capa de ozono.
Para proteger los ojos del sol, es importante usar lentes de sol de alta calidad que bloqueen el 100% de los rayos UVA y UVB. También es recomendable comprar lentes en lugares confiables, usar lentes envolventes para evitar la entrada de rayos UV desde ángulos oblicuos y revisar la etiqueta para asegurarse de que tengan protección UV. El uso de lentes de sol de baja calidad sin protección adecuada puede ser contraproducente y aumentar el daño a los ojos.
Además de usar lentes de sol, se recomienda utilizar gorros y sombreros para proporcionar sombra, evitar la exposición directa al sol en las horas más intensas, acudir a revisiones oculares regulares, usar protección ocular en actividades al aire libre y educarse sobre los peligros del sol para los ojos. Proteger los ojos del sol es esencial para mantener una visión saludable y evitar problemas oculares graves. La clave está en tomar precauciones y actuar con conciencia para preservar la salud visual.