Los restos fósiles nos ayudan a comprender el pasado y responder a preguntas del presente, mostrando la evolución en la alimentación a lo largo de la historia. Aunque no se puede saber con certeza qué comían los paleolíticos, estudios genéticos muestran que una mutación genética en la Edad de Bronce hizo a los europeos tolerantes a la lactosa. Los huesos de animales revelan que comían cerdo o caballo, y estas investigaciones se llevan a cabo en yacimientos y laboratorios como el de Atapuerca, en España.
Los antepasados evolucionaron en un contexto de periodos de carestía, lo que llevó a la ventaja de almacenar grasa para sobrevivir en épocas de escasez. La capacidad de transformar rápidamente el azúcar en grasa proviene de este pasado herbívoro de nuestros ancestros. Asimismo, la tecnología como la invención de herramientas por el Homo habilis y el dominio del fuego permitieron acceder a alimentos más nutritivos, como la carne. Este cambio en la alimentación contribuyó al desarrollo del cerebro humano.
La llegada de la agricultura y la ganadería en el Neolítico revolucionó la alimentación, aumentando la disponibilidad de alimentos pero reduciendo la variedad en comparación con la época paleolítica. La domesticación del fuego, que incluía el cocinado de alimentos, permitió acceder a nuevos alimentos que no se consumen crudos. Además, se observó una disminución de la estatura y problemas de salud en las manos debido a los movimientos repetitivos al moler el grano.
Atapuerca es un lugar que cuenta historias de cuidado entre preneandertales, evidenciando la importancia de la alimentación en la supervivencia. Se han encontrado ejemplos de individuos que recibieron cuidados y alimentación de otros para sobrevivir. Ejemplos como Miguelón, cuyo cráneo fósil muestra signos de septicemia, o Benjamina, una niña con importante disfunción psicomotora, muestran cómo la alimentación fue fundamental para su supervivencia y cuidado.
La Fundación Atapuerca y la empresa Hiperbaric, especialista en equipos para el procesado de alimentos, organizaron una jornada sobre innovación y tecnología alimentaria. Esta iniciativa destacó la evolución de la alimentación desde la prehistoria hasta la actualidad, marcando el 25 aniversario de ambas instituciones. La tecnología alimentaria ha jugado un papel crucial en la evolución de la alimentación de la humanidad, desde los primeros homínidos hasta nuestros días.