El nuevo presidente de Panamá, José Raúl Mulino, ha dejado claro que no permitirá que su país siga siendo utilizado como ruta de tránsito para migrantes irregulares en su camino hacia Estados Unidos. Mulino ha expresado su intención de repatriar de manera masiva a los migrantes que atraviesan la selva del Darién desde Colombia. Además, ha solicitado a Estados Unidos un acuerdo de cooperación para financiar esta iniciativa. En lo que va de año, más de 195.000 migrantes han cruzado la frontera, la mayoría de ellos venezolanos, y se espera que la cifra alcance las 800.000 personas en 2024, según Unicef.
El gobierno de Mulino tiene previsto firmar un acuerdo con Estados Unidos sobre el flujo de migrantes irregulares durante los actos de investidura. El secretario del Departamento de Seguridad Interna de EE.UU., Alejandro Mayorkas, estará presente en la firma del acuerdo. Mulino ha reiterado su compromiso de combatir la entrada ilegal de personas en Panamá, que considera una amenaza para la seguridad nacional debido a la vinculación con organizaciones criminales internacionales dedicadas al narcotráfico y tráfico de personas.
El presidente Mulino ha enfatizado la importancia de aplicar la ley con estricto respeto a los derechos humanos y en defensa de los intereses de Panamá. Ha señalado que no permitirá que su país se convierta en un lugar de tránsito para miles de personas que ingresan ilegalmente y son utilizadas por organizaciones criminales internacionales para su lucro. Mulino considera que la inmigración ilegal representa un costo económico y social para Panamá, además de implicar una vinculación con organizaciones delictivas que generan inseguridad a nivel internacional.
José Raúl Mulino asumió la presidencia de Panamá para el quinquenio 2024-2029 con la firme convicción de poner fin a la inmigración irregular en el país. Ha propuesto repatriar a los migrantes que cruzan la selva del Darién y ha solicitado el apoyo financiero de Estados Unidos para llevar a cabo esta medida. Mulino ha expresado su compromiso de proteger la seguridad territorial y marítima de Panamá, evitando que la inmigración ilegal masiva continúe siendo utilizada por organizaciones criminales internacionales.
El nuevo presidente ha destacado la necesidad de trabajar en conjunto con Estados Unidos para abordar el flujo de migrantes irregulares y garantizar la aplicación de medidas efectivas para controlar la entrada ilegal de personas en Panamá. Mulino ha manifestado su rechazo a que su país sea utilizado como ruta para el tráfico de personas y ha llamado a las fuerzas de seguridad a actuar en cumplimiento de la ley y en defensa de los derechos humanos. Con estas medidas, el gobierno de Mulino busca proteger los intereses de Panamá y combatir las actividades delictivas relacionadas con la inmigración ilegal.