En la ciudad de Nueva York, los tiempos de respuesta a las llamadas de emergencia para solicitar una ambulancia se encuentran en niveles de crisis. Cada mes, el tiempo entre el despacho y la llegada de la ambulancia ha ido aumentando en comparación con los mismos meses del año pasado, según datos de la ciudad. El año pasado se registró un récord de 1,6 millones de llamadas para Servicios de Emergencias, y se espera que este año aumente a 1,7 millones. El sindicato local del Servicio Médico de Emergencias del Departamento de Bomberos de la ciudad sostiene que estos tiempos de respuesta están poniendo en peligro al público.
El presidente del sindicato, Oren Barzilay, menciona que la posibilidad de sobrevivir a un paro cardíaco en la ciudad es escasa cuando los pacientes tienen que esperar entre 11 y 16 minutos para recibir ayuda de una ambulancia. Los técnicos de emergencias médicas afirman que la probabilidad de muerte aumenta cuanto más tardan en llegar, y un análisis en Arabia Saudita concluyó que las probabilidades de muerte tras un paro cardíaco se duplicaban si el tiempo de respuesta era superior a ocho minutos. Durante el Día de los Caídos, las ambulancias tardaron un promedio de casi 13 minutos en responder a emergencias que ponían en peligro la vida, y un promedio de 28 minutos en emergencias que no ponían en peligro la vida.
Un estudio nacional del año 2017 mostró que, en promedio, los tiempos de respuesta de los servicios médicos de urgencia en zonas urbanas son de 7 minutos. El presidente del sindicato destaca que la ciudad está equipada para atender unas 4,000 llamadas al día, pero está recibiendo alrededor de 5,000, lo que ha generado una sobrecarga en el sistema. Además de la necesidad de más ambulancias, el sindicato señala otros factores que contribuyen a los tiempos de respuesta más lentos, como la reducción de límites de velocidad, la reducción de carriles de tráfico y los carriles para bicicletas que se han añadido.
Barzilay menciona que se ha vuelto imposible pasar por la ciudad debido a estos cambios en la infraestructura, lo que afecta directamente a las ambulancias y su rapidez para llegar a las emergencias. La ciudad se enfrenta a un desafío cada vez mayor en el aumento de llamadas de emergencia y los tiempos de respuesta más lentos, lo que pone en peligro la vida de las personas que necesitan asistencia médica urgente. Es fundamental encontrar soluciones para mejorar la eficacia y eficiencia de los servicios de emergencia en Nueva York para garantizar la seguridad de sus residentes y visitantes.