El muelle pesquero de Sabana Grande de Palenque, inaugurado en enero de 2024, sufrió daños parciales debido al paso del huracán Beryl por la costa sur del país. Parte del deck de la obra fue desprendido por el fuerte oleaje, causando daños en la estructura valorada en 20 millones de pesos. Además, se observa que gran parte del terreno donde se encuentra ubicado el muelle también resultó afectado por el fenómeno.
En otras zonas del país, el huracán Beryl causó diversos daños, incluyendo deslizamientos de tierra, cortes de energía eléctrica y daños en carreteras, viviendas, comercios y acueductos. En Santo Domingo, se registraron escombros en la autopista Las Américas, dificultando el tránsito. En San Antonio de Guerra, un ventarrón afectó el tendido eléctrico, mientras que en el Distrito Nacional, un deslizamiento de tierra provocó el colapso de una vivienda.
En Barahona, al menos 66 personas, incluyendo niños, fueron evacuadas a albergues debido a los daños causados por el huracán Beryl. En la Ciénaga, varias viviendas resultaron destruidas o parcialmente dañadas debido al fuerte oleaje. En Pedernales, los fuertes vientos obligaron a trasladar a 9 personas a un centro educativo para su protección. En Monte Plata, un ventarrón dejó una residencia sin techo en el sector El Triple Ozama.
El huracán Beryl se ubicó cerca de la latitud 17.0 norte y longitud 75.7 oeste, a unos 165 km al sureste de Kingston (Jamaica), moviéndose hacia el oeste/noroeste a unos 31 kph con vientos máximos sostenidos de 230 kph. Los vientos de fuerza de huracán se extienden a unos 75 km fuera de su centro y los tormentosos a unos 295 km, con posibles fluctuaciones en la intensidad del viento. La comunidad del Caricom está coordinando el envío de ayuda a los países afectados por el huracán Beryl.
En la Republica Dominicana, miles de personas se quedaron sin luz debido al huracán Beryl. En ciudades como Santo Domingo, San Antonio de Guerra, Barahona, Pedernales y Monte Plata se reportaron daños en viviendas, carreteras y servicios eléctricos. A pesar de los esfuerzos de evacuación y protección, las comunidades costeras fueron las más afectadas por el fuerte oleaje y los vientos. La situación de emergencia requiere una respuesta rápida y coordinada para la recuperación de las zonas afectadas.