Especialistas en sueño afirman que depender de múltiples alarmas para despertarse por la mañana puede ser contraproducente, fragmentando el sueño y reduciendo su calidad. Configurar una cadena de alarmas puede ser común pero dañino para la calidad del sueño, ya que presionar repetidamente la opción de repetición puede afectar negativamente la fase de sueño de movimientos oculares rápidos (REM), crucial para la memoria y el pensamiento creativo.
Las causas de tener dificultades para despertarse pueden ser trastornos del sueño como la inercia del sueño, que dificulta la transición a la vigilia, o simplemente la privación de sueño. La privación de sueño es la causa más común de necesitar múltiples alarmas, por lo que es importante identificar cualquier problema subyacente que pueda estar afectando el descanso. La mayoría de los adultos necesitan entre siete y nueve horas de sueño cada noche, por lo que es fundamental identificar cuántas horas de sueño son necesarias de forma natural durante períodos largos de descanso.
Para mejorar el despertar matutino, se pueden utilizar estrategias como despertadores con luz, levantarse de la cama para apagar la alarma, recibir luz solar por la mañana para reajustar el reloj biológico y mantener una rutina constante de despertar y acostarse a la misma hora todos los días. Además, es recomendable adelantar la hora de acostarse en incrementos de 30 minutos cada pocos días o una hora una vez a la semana si se busca modificar los horarios de sueño. Limitar el tiempo frente a pantallas antes de acostarse y evitar las luces intensas también son medidas importantes para mejorar la calidad del sueño.
Para aquellos que se despiertan antes de que suene la alarma, se recomienda no mirar la hora y esperar entre 15 y 20 minutos antes de decidir levantarse. Si aún no pueden conciliar el sueño, se aconseja realizar actividades tranquilas como leer. A pesar de que algunas personas puedan despertarse naturalmente sin una alarma, es importante respetar las necesidades biológicas individuales de sueño de cada persona y no avergonzar a alguien por sus hábitos de sueño. Cada individuo debe encontrar la mejor forma de optimizar su sueño según sus propias necesidades.