El presidente de Kenia, William Ruto, anunció la disolución de todo su gobierno, a excepción del ministro de Asuntos Exteriores y el vicepresidente, así como la destitución del fiscal general, después de semanas de protestas en el país en contra de los planes del Ejecutivo de subir impuestos. Ruto hizo este anuncio después de una serie de protestas masivas que se iniciaron el pasado 18 de junio en contra de un polémico proyecto de ley que implicaba un aumento de impuestos, el cual el mandatario rechazó firmar. Estas manifestaciones se transformaron en protestas anti-gubernamentales que llevaron a la destitución de ministros y del fiscal general.
Las protestas, que no contaron con líderes oficiales, fueron impulsadas en redes sociales por jóvenes de la llamada ‘generación Z’. La respuesta de las fuerzas de seguridad ante las manifestaciones ha sido violenta, con el uso de gases lacrimógenos, pelotas de goma e incluso munición real contra los manifestantes. Esto ha resultado en al menos 39 muertes, 361 heridos y 32 casos de desapariciones forzadas, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia (KNCHR). Esta situación ha llevado al presidente Ruto a tomar medidas drásticas, anunciando la disolución de su gobierno y la destitución de ministros, excepto el de Asuntos Exteriores y el vicepresidente.
Después de la retirada del polémico proyecto de Ley de Finanzas, Ruto afirmó la necesidad de una revisión del presupuesto y de la gestión fiscal. Además, el mandatario se comprometió a participar en consultas amplias con diferentes sectores y formaciones políticas para establecer un Gobierno de base amplia que le ayude a implementar medidas urgentes para luchar contra la deuda y acelerar programas gubernamentales. Esta crisis representa un desafío para Ruto, quien llegó al poder en septiembre de 2022 y se ha visto obligado a tomar medidas de austeridad y cambios en su gabinete.
Kenia es una de las economías de más rápido desarrollo en África, sin embargo, persisten desigualdades económicas y sociales. Según el Banco Mundial, uno de cada tres kenianos sobrevive con apenas dos dólares al día. La crisis actual ha puesto de manifiesto la necesidad de abordar estos problemas estructurales y promover un desarrollo económico más inclusivo en el país. Las protestas y la represión violenta han llamado la atención internacional sobre la situación en Kenia, que busca redefinir su gobierno y abordar las demandas de la población en medio de un clima de tensión y conflicto.