Un hombre fue condenado a dos años de cárcel por estafar a una mujer y dejar su cuenta bancaria en cero. La víctima declaró en el juicio que se dio cuenta de que había sido engañada y feliz al mismo tiempo, ya que creía estar ayudando al acusado a satisfacer pagos de su empresa y cuidar de sus hijos. Se conoció a través de una aplicación de citas en internet mientras la mujer estaba pasando por una depresión.
La afectada describió cómo se sentía manipulada y enferma durante la relación con el procesado, a quien conoció en un momento de soledad. Se mostraba feliz y enamorada de él, entregándole dinero cuando él se lo pedía para diferentes gastos. El hombre le había dicho que tenía una empresa de ventanas y persianas y la mujer, sensibilizada con su situación, confiaba en él plenamente.
La víctima admitió que se enamoró y se enganchó a la persona que la estafaba, entregándole dinero para diferentes fines. A pesar de que ella le había confesado su situación mental al hombre, él la animaba a no preocuparse y prometía que todo estaría bien. La Audiencia de la provincia de Gipuzkoa otorgó total credibilidad al testimonio de la víctima y condenó al hombre a prisión y a compensarla con 102.500 euros más intereses.
El tribunal encontró que el acusado se aprovechó de la vulnerabilidad de la víctima para obtener un enriquecimiento injusto, haciéndole realizar numerosas transferencias bancarias. La mujer se dio cuenta de la estafa cuando terceras personas le advirtieron sobre las deudas y la reputación del hombre. A pesar de que él lo negó, ella se percató de que nunca le había devuelto dinero y decidió poner fin a la relación por darse cuenta de que él solo estaba interesado en pedirle dinero.
El caso fue llevado a la justicia española, donde el juez dictaminó la condena del estafador del amor a dos años de cárcel y a compensar a la víctima con el dinero que le había quitado de manera engañosa. La afectada relató en el juicio su experiencia de ser manipulada y engañada durante su relación con el acusado, a quien conoció a través de una aplicación de citas en internet. A pesar de sufrir una depresión, la mujer se enamoró y entregó dinero al hombre creyendo que lo ayudaba en sus problemas financieros.