La Alhambra es un complejo arquitectónico ubicado en una colina rocosa de difícil acceso en los márgenes del río Darro, rodeado de montañas y bosques, entre los barrios más antiguos de la ciudad. Originalmente construida con propósitos militares, la Alhambra era una alcazaba, un alcázar y una pequeña medina al mismo tiempo. Además, se suma otro edificio, el Generalife, utilizado como residencia de recreo por los sultanes de Granada como lugar de descanso a las afueras de la ciudad.
El nombre Alhambra proviene de la palabra árabe que significa "castillo rojo o bermellón" debido al tono de sus muros. Aunque existe una explicación más poética narrada por los cronistas musulmanes que hablan de la construcción de la Alhambra "bajo la luz de las antorchas". A lo largo de los siglos, diferentes reyes añadieron nuevos edificios a la Alhambra, destacando las obras magistrales de Yusuf I y Muhammad V en el siglo XIV. Realizaron construcciones espectaculares que aún pueden admirarse en el recinto nazarí.
La Alhambra nazarí está formada por varios palacios, destacando la Alcazaba, la zona militar y defensiva que albergaba el cuartel de la guardia real y las viviendas de los soldados. La Medina, ciudad árabe donde se levantaron los palacios nazaríes y las casas de los nobles, destaca por palacios como el Mexuar, el Palacio de Comares y el Palacio de los Leones, con el famoso Patio de los Leones. El Generalife y sus jardines eran el lugar de retiro y descanso de los reyes nazaríes, ricamente ajardinado con fuentes y huertas donde el agua es un elemento fundamental.
Tras la rendición del último sultán del reino nazarí en 1492, comienza la adaptación de la Alhambra a las necesidades de los reyes cristianos. Se realizan obras de re-decoración en los palacios nazaríes y se añaden emblemas reales. El emperador Carlos V decide levantar un palacio renacentista en la Alhambra. Sin embargo, la Alhambra sufrió una época de abandono con la llegada de los Borbones en 1700 y fue ocupada por las tropas napoleónicas durante la invasión francesa en el siglo XIX.
En el último cuarto del siglo XIX comienza un proceso de restauración de la Alhambra, liderado por el arqueólogo Leopoldo Torres Balbás. Los viajeros románticos del siglo XIX, como Washington Irving, quedaron fascinados por la Alhambra y trasladaron su belleza a sus obras literarias. Irving residió durante varios meses en la Alhambra y escribió "Cuentos de la Alhambra", una recopilación de leyendas hispanomusulmanas convertidas en literatura. La Alhambra sigue siendo uno de los monumentos más importantes y visitados de España, representando la rica historia y arquitectura de la región.