Cuando Nicolás Maduro llegó a la presidencia en 2013, muchos venezolanos no creían que su mandato duraría, comparándolo desfavorablemente con Hugo Chávez. Este último era conocido por ser un líder carismático, cercano a la gente, intelectual y lector voraz. Por otro lado, Maduro tenía limitaciones en su capacidad oratoria y un pasado distante como sindicalista y conductor de autobús. A pesar de esto, Maduro busca un nuevo mandato en las elecciones presidenciales, convirtiéndose en el tercer gobernante que más tiempo ha durado en el poder en Venezuela desde el siglo XX.
Durante el gobierno de Maduro, Venezuela ha experimentado la mayor ola migratoria en la historia contemporánea de América Latina. Se estima que hay 7,7 millones de venezolanos viviendo fuera del país, lo que equivale al 22% de la población proyectada en 2011. Esta crisis económica ha sido atribuida a la hiperinflación, desabastecimiento de alimentos y medicinas, y otras dificultades. Maduro ha culpado a las sanciones impuestas por Estados Unidos y otros países, aunque la crisis inició antes de estas medidas. La salida masiva de venezolanos al exterior ha marcado un cambio radical en la historia del país, que solía ser receptor de migración.
En 2017, Venezuela se convirtió en el primer país de América Latina investigado por la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad. Se evidenció que funcionarios y militares venezolanos habían perpetrado ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y torturas contra opositores durante las protestas de 2017. Además, se estableció una misión internacional para investigar estos crímenes desde 2014. A pesar de las acusaciones, Maduro ha negado estas violaciones a los derechos humanos y ha justificado las detenciones y procesos judiciales realizados.
La economía venezolana ha experimentado una profunda crisis desde la llegada de Maduro al poder, perdiendo el 75% de su PIB para 2021. Las políticas económicas de Chávez, como los controles de cambios y precios, así como las expropiaciones, han contribuido a esta situación. Maduro recurrió al endeudamiento y al uso de reservas internacionales para mantener el modelo económico. En 2015, la inflación alcanzó el 180% y en 2018 inició un ciclo de hiperinflación, que culminó en diciembre de 2021. Se implementaron reformas económicas para combatir estos problemas, restableciendo empresas expropiadas y dolarizando la economía.
La producción petrolera de Venezuela ha experimentado una caída histórica durante el gobierno de Maduro. La producción pasó de 3,1 millones de barriles diarios en 1998 a 336.000 barriles en 2020. Factores como la pandemia de COVID-19 y las sanciones petroleras impuestas por Estados Unidos han contribuido a esta crisis. A pesar de esto, la producción ya había disminuido significativamente antes de las sanciones. Venezuela posee las mayores reservas probadas de crudo del mundo, pero su producción se encuentra en niveles muy bajos. Maduro ha culpado a las sanciones por los problemas económicos del país.
En resumen, el gobierno de Maduro en Venezuela ha estado marcado por la crisis económica, la migración masiva, las acusaciones de violaciones a los derechos humanos y la caída histórica en la producción petrolera. A pesar de estos desafíos, Maduro busca un nuevo mandato en las elecciones presidenciales. El país enfrenta una difícil situación en diversos aspectos, con una profunda transformación en la historia y la sociedad venezolana. Los problemas económicos, sociales y políticos han llevado a una situación crítica que ha generado repercusiones a nivel nacional e internacional.