La película El diablo viste de Prada (2006) se ha convertido en un ícono de la moda en el cine, gracias a su vestuario icónico y bien pensado. Dirigida por David Frankel y basada en la novela de Lauren Weisberger, la película retrata el mundo de la moda de una manera hostil y cautivadora. Protagonizada por Meryl Streep, Anne Hathaway y Emily Blunt, la cinta sigue siendo relevante casi 20 años después de su estreno, con una secuela en desarrollo que se espera estrenar a finales de 2025. La diseñadora de vestuario Cristina Rodríguez destaca la importancia de crear un vestuario atemporal que pueda conectar con el público tanto aspiracionalmente como emocionalmente.
Patricia Field, la figurinista responsable del vestuario de El diablo viste de Prada, es conocida por su trabajo en otras producciones de moda como Sexo en Nueva York y Gossip Girl. El vestuario de la película, diseñado especialmente para el personaje de Miranda, interpretado por Meryl Streep, fue uno de los más costosos con un presupuesto de un millón de euros. El uso limitado del color, especialmente el negro como base, y la estética limpia y elegante contribuyen a la iconicidad del vestuario de la película. Los personajes secundarios, como la secretaria interpretada por Emily Blunt, también destacan por sus estilismos más arriesgados y transgresores.
Uno de los estilismos más significativos de la película es un conjunto completo de Chanel diseñado por Karl Lagerfeld, que muestra la audacia de la diseñadora Patricia Field al elegir una marca tan prestigiosa para un personaje joven. La elección de siluetas limpias y estilizadas, junto con el peinado y la actitud autoritaria de Miranda, contribuyen a la construcción del personaje a través de su vestuario. A pesar de las críticas por el uso de pieles en el vestuario de Miranda, la diseñadora Rodríguez destaca la valentía de la elección y cómo se integra en la caracterización del personaje.
Con respecto a la secuela de la película, que se espera para finales de 2025, las redes sociales están llenas de especulaciones sobre el enfoque que tomará en relación a la moda. La diseñadora Cristina Rodríguez espera que la secuela refleje humanidad y esperanza en el mundo de la moda, elementos que considera ausentes en la primera entrega y que podrían ser clave para conectar con la audiencia actual. Con un vestuario brillante asegurado, la secuela de El diablo viste de Prada promete mantener el legado icónico de la primera entrega y seguir siendo un referente en la relación entre cine y moda. La combinación de la moda como protagonista y la narrativa envolvente de la película hacen que la audiencia espere con ansias su regreso a la pantalla grande.