El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Comisión Nacional de Emergencias y la Defensa Civil, en colaboración con diversos socios, han lanzado una nueva iniciativa en República Dominicana, Cuba y Haití para fortalecer las capacidades nacionales y aumentar la resiliencia a los desastres en la infraestructura crítica de los sectores de educación y suministro de agua.
Esta iniciativa tiene como objetivo principal diseñar una estrategia de intervención que permita posicionar el tema de la gestión del riesgo de desastres en las estructuras organizativas y niveles de toma de decisiones responsables en cada país. Se busca mejorar la capacidad técnica y la aplicación metodológica para evaluar la seguridad y la resiliencia de las infraestructuras críticas, enfocándose específicamente en las infraestructuras educativas y de abastecimiento de agua a nivel nacional en estos tres países.
El proyecto cuenta con el apoyo financiero del Fondo Acelerador de Resiliencia de Infraestructura (IRAF) de la Coalición para la Infraestructura Resiliente ante Desastres (CDRI), en el marco del Programa para la Infraestructura para Estados Insulares Resilientes (IRIS), en colaboración con el Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo Limpio.
Además, se buscará mejorar los mecanismos de coordinación de alerta temprana a nivel regional ante eventos climáticos, e implementar mecanismos de cooperación Sur-Sur para garantizar la resiliencia de las infraestructuras críticas en estos países vulnerables a desastres naturales.
Esta nueva iniciativa impactará de manera significativa en los sectores de educación y suministro de agua en República Dominicana, Cuba y Haití, fortaleciendo sus capacidades nacionales para hacer frente a los desafíos derivados de los desastres naturales y el cambio climático. Se espera que esta colaboración entre diversas organizaciones y entidades tenga un impacto positivo en la resiliencia de las comunidades vulnerables en estos países.
En conclusión, esta iniciativa representa un importante paso adelante en la mejora de la resiliencia de la infraestructura crítica en sectores clave como la educación y el suministro de agua en República Dominicana, Cuba y Haití. Gracias al apoyo financiero y técnico de diversos socios y la implementación de estrategias específicas, se espera poder fortalecer las capacidades nacionales y regionales para hacer frente a los desafíos derivados de desastres naturales y el cambio climático en esta región del Caribe.