La muerte de Robin Williams en 2014 conmocionó a Hollywood al conocerse que fue un suicidio debido a una demencia de cuerpos de Lewy, lo que sensibilizó al mundo del cine sobre los problemas de salud mental. Desde entonces, muchas celebridades han hablado abiertamente sobre sus trastornos mentales, como Selena Gómez, Katy Perry, Aaron Carter, Shawn Mendes, Kendall Jenner y Colin Farrel. Aunque Williams sufrió problemas graves que creía eran derivados de Parkinson, en realidad eran síntomas de demencia que lo llevaron a la depresión, ansiedad y paranoia, lo cual lo llevó al suicidio.
A pesar de haber ingresado en un centro de rehabilitación en Minnesota por precaución, Williams no pudo vencer sus adicciones al alcohol y cocaína, que datan de los años 80. Tras una recaída en 2006, el actor de 63 años decidió quitarse la vida ahorcándose con un cinturón en su casa en Tiburón, San Francisco. A lo largo de su carrera, Williams hizo reír a varias generaciones con películas como 'Good Morning, Vietnam', 'Dead Poets Society', 'Mrs. Doubtfire' y 'Good Will Hunting', por la que ganó un Óscar como actor de reparto.
A pesar de su exitosa carrera en Hollywood, Williams siempre arrastró un poso de amargura debido a sus adicciones, problemas familiares y vida sentimental caótica. Coqueteó con las drogas junto a su amigo John Belushi y tuvo tres matrimonios, el último con Susan Schneider en 2011. Muchos expertos consideran que su talento estaba por encima de los papeles cómicos en los que se le encasilló, e incluso el actor confesó antes de su fallecimiento que sentía que ya no conseguía hacer reír como antes.
La pérdida de Williams significó un antes y un después en la percepción de los trastornos mentales en el mundo del entretenimiento, normalizando la conversación sobre la salud mental entre las celebridades. Aunque su muerte dejó un vacío en Hollywood, su legado como actor cómico y dramático, así como su lucha personal contra la adicción y la depresión, sigue siendo recordado y celebrado por fanáticos y colegas de la industria del cine. Su impacto en la conciencia pública sobre la importancia de abordar los problemas de salud mental es un legado que perdura a 10 años de su fallecimiento.