La trayectoria política de Jorge Glas Espinel, exvicepresidente de Ecuador y centro de la ruptura de relaciones entre México y Quito, está fuertemente ligada al expresidente Rafael Correa. Desde su cargo como jefe del Fondo de Solidaridad en la primera administración de Correa en 2007, Glas ha ocupado diversos cargos gubernamentales y fue su vicepresidente durante cuatro años, siendo condenado en 2017 por recibir sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. A pesar de su libertad condicional en 2022, continuaba enfrentando problemas judiciales por corrupción.
Tras refugiarse en la embajada de México argumentando persecución política, las autoridades ecuatorianas intentaron sin éxito que el gobierno mexicano entregara a Glas para que respondiera ante la justicia. El asalto de uniformados a la sede diplomática y la posterior captura de Glas llevaron al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, a ordenar la suspensión de relaciones diplomáticas con Ecuador, alegando una violación flagrante al derecho internacional y la soberanía mexicana.
Glas Espinel, nacido en Guayaquil en 1969, inició su carrera política a través de su amistad con Rafael Correa desde la infancia. Después de graduarse como ingeniero eléctrico, ingresó al gobierno de Correa como administrador del Fondo de Solidaridad y ocupó cargos relevantes como el ministerio de Telecomunicaciones y el de Coordinador de los Sectores Estratégicos. En 2012, se convirtió en el vicepresidente de Correa tras aceptar su propuesta como fórmula presidencial en las elecciones de ese año.
Sin embargo, la relación de Glas con la justicia se volvió complicada cuando fue sentenciado en 2017 por asociación ilícita y cohecho en un juicio que también involucró a Correa y otros miembros de su gobierno, lo que llevó a la destitución de Glas y posterior exilio de Correa. A pesar de obtener la libertad condicional en 2022, Glas enfrentaba nuevos procesos judiciales por corrupción relacionados con su gestión de fondos tras un terremoto en la provincia de Manabí en 2016, lo que lo llevó a refugiarse en la embajada de México.
En respuesta a la solicitud ecuatoriana de entregar a Glas, el gobierno mexicano se negó, argumentando violación de la inmunidad diplomática de la embajada mexicana. Tras declarar persona "non grata" a la embajadora mexicana en Quito y llevar a cabo la captura de Glas en la embajada en 2024, Ecuador puso al exvicepresidente a disposición de las autoridades para enfrentar los procesos judiciales en su contra. El gobierno ecuatoriano acusó a la embajada mexicana de abuso de inmunidades y privilegios, y consideró el asilo diplomático otorgado a Glas como contrario al marco jurídico convencional.