Durante la noche, las fuerzas rusas lanzaron un ataque aéreo contra Ucrania utilizando aviones no tripulados y misiles, causando al menos seis muertos y 11 heridos en Járkiv, la segunda ciudad más grande del país. Los misiles impactaron en edificios residenciales, una gasolinera, un jardín de infantes, una cafetería, una tienda y varios vehículos, según informaron las autoridades locales. En total, se reporta que Rusia disparó 32 drones Shahed, de fabricación iraní, y seis misiles sobre territorio ucraniano. Las defensas antiaéreas lograron interceptar tres misiles y 28 aviones no tripulados.
A pesar de estos ataques, el ejército ruso no emitió comentarios al respecto, aunque aseguraron que Ucrania había disparado cohetes Vampire hacia su territorio. Estos proyectiles fueron derribados por las defensas antiaéreas rusas en la región fronteriza de Belgorod. En Ucrania, se informa que las fuerzas rusas continuaban avanzando en el terreno, especialmente en la zona de Bájmut en la provincia de Donetsk, parcialmente ocupada por Rusia. El comandante de las fuerzas armadas de Kiev señaló que hacer retroceder a estas fuerzas era una tarea complicada, ya que estaban llevando a cabo operaciones ofensivas día y noche con grupos de asalto respaldados por vehículos blindados.
Además, se reportaron intensos combates al este de la localidad de Chasiv Yar, que se encuentra bajo control ucraniano y cerca de la zona ocupada de Bájmut. Las tropas rusas estaban intentando romper las líneas defensivas en este lugar, aunque hasta el momento todos sus intentos habían fracasado, según indicó el comandante ucraniano a través de la aplicación de mensajería Telegram. La situación en el terreno se describía como especialmente complicada, con fuerzas rusas llevando a cabo ataques a pie y con vehículos blindados, en un intento por ganar terreno en la región.
Las autoridades ucranianas condenaron estos ataques catalogándolos como actos terroristas perpetrados por los rusos, que estaban aterrorizando a la población civil de Járkiv y otras ciudades pacíficas. Por su parte, el gobierno ruso no hizo comentarios directos sobre la ofensiva, pero señaló que Ucrania había disparado misiles hacia su territorio, y que estos habían sido interceptados con éxito. Mientras tanto, las fuerzas armadas ucranianas continuaban resistiendo los embates de las tropas rusas, especialmente en zonas estratégicas como Bájmut y Chasiv Yar, manteniendo el control sobre estos asentamientos a pesar de la presión enemiga. En medio de esta violenta confrontación, la situación en el este de Ucrania seguía siendo volátil y peligrosa para la población civil.