María Montessori nació en Italia en 1870 y se convirtió en la primera mujer médico en el país después de estudiar medicina en la Universidad de Roma. Además de ser una médico, Montessori fue educadora, científica, filósofa, psicóloga, feminista y humanista. En 1907, fundó la primera Casa de los Niños en Roma, donde implementó su innovador método Montessori, el cual posteriormente se aplicaría en escuelas primarias en Italia y en todo el mundo.
A lo largo de su vida, María Montessori ha sido reconocida por su contribución revolucionaria al campo de la educación. Su enfoque se centra en la autonomía, la libertad y el respeto por la individualidad de cada niño, poniendo énfasis en el aprendizaje práctico y la exploración individual. Su método se ha convertido en una de las corrientes pedagógicas más influyentes y sigue siendo una opción popular en la educación infantil en la actualidad.
Montessori falleció en 1952 en Holanda, dejando un legado duradero en el ámbito educativo. Su trabajo dio lugar a la creación de una red mundial de escuelas basadas en su método, donde los niños son vistos como seres completos, capaces de autodirigir su aprendizaje y desarrollar al máximo su potencial. La pedagogía Montessori se basa en la observación y la adaptación del ambiente a las necesidades individuales de cada niño, fomentando su curiosidad natural y su amor por el aprendizaje.
Además de su labor como educadora, Montessori también fue una defensora de los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Como feminista, luchó por ampliar las oportunidades de educación y empoderamiento para las mujeres, abogando por la igualdad de derechos en todos los ámbitos de la sociedad. Su enfoque humanista se refleja en su visión de la educación como un medio para el desarrollo integral de la persona, promoviendo valores como la solidaridad, la tolerancia y la paz.
En la historia, María Montessori ocupa un lugar destacado como una figura emblemática que desafió las convenciones de su época y abrió nuevos caminos en el campo de la educación. Su legado perdura en las escuelas Montessori en todo el mundo, donde su enfoque centrado en el niño sigue siendo una fuente de inspiración para educadores y padres. A través de su trabajo, Montessori demostró que el respeto por la libertad y la individualidad de cada niño es fundamental para su desarrollo y bienestar.