Un total de 51 acusados están siendo juzgados en Aviñón, Francia, por presuntamente violar a una mujer drogada por su esposo no por beneficio económico, sino aparentemente por voyeurismo. El juicio se extenderá durante cuatro meses y en la primera audiencia los acusados, de entre 26 y 74 años, comparecieron junto a la víctima de 71 años. La esposa, Gisèle Pelicot, fue drogada repetidamente con ansiolíticos por su esposo, Dominique Pelicot, entre 2011 y 2020, para que otros hombres mantuvieran relaciones sexuales con ella sin su consentimiento.
El marido de la víctima explicó a los investigadores que le gustaba ver cómo otros hombres tocaban a su esposa, a pesar de haber estado casados desde 1971 y tener tres hijos juntos. De acuerdo con el examen psicológico realizado a Dominique Pelicot, no se encontraron patologías mentales, pero sí una desviación sexual voyeurista y una personalidad perversa. En cuanto a Gisèle, se le han diagnosticado cuatro enfermedades de transmisión sexual y sufre de estrés postraumático con pensamientos suicidas. Ha solicitado el divorcio.
El matrimonio se trasladó a la región de Vaucluse en 2013 después de la jubilación de Dominique. La situación salió a la luz en septiembre de 2020 cuando el esposo fue arrestado por filmar bajo las faldas de mujeres en un supermercado. Al investigar su material informático, la policía encontró miles de fotos y vídeos de Gisèle siendo abusada mientras estaba inconsciente debido a los sedantes que le suministraba su marido. Durante la investigación se contabilizaron 92 violaciones y se identificaron 50 hombres implicados.
La responsabilidad de los acusados en el delito de violación agravada, castigado con hasta 20 años de cárcel, es una de las cuestiones clave del juicio. Muchos de los hombres implicados alegaron que pensaban que la mujer estaba fingiendo dormir, sin embargo, los vídeos encontrados dejan pocas dudas sobre su estado de inconsciencia. En cuanto a Dominique Pelicot, su ADN fue relacionado con un asesinato en 1991 y una tentativa de violación en 1999, lo que lo convierte en el principal acusado en este caso.
El juicio en Aviñón es un momento de emoción para ambas partes, según la abogada de Dominique Pelicot. Gisèle ha sufrido graves consecuencias de las violaciones, incluyendo enfermedades de transmisión sexual y estrés postraumático. Se espera que el juicio se prolongue durante varios meses y se analizará la responsabilidad de los acusados en este caso de violación en el sureste de Francia.