El Polígono Central del Distrito Nacional enfrenta problemas de drenaje, tráfico y servicios básicos, pero aun así tiene potencial para su desarrollo. El arquitecto Cristóbal Valdez sueña con un Santo Domingo más ordenado y humano, destacando la zona Norte como un área con gran potencial de expansión. El río Ozama es un elemento fundamental para la zona, cuya limpieza y adecuación serían beneficiosas para la ciudad. Proyectos como La Nueva Barquita en Santo Domingo Norte, han demostrado cómo las intervenciones pueden mejorar la calidad de vida de los habitantes y cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible.
En su libro "Visiones Urbanas del Gran Santo Domingo", Valdez propone una visión optimista de la ciudad, destacando la importancia de la planificación urbana a largo plazo. Señala la zona Norte del Malecón como un área con potencial para el desarrollo debido a su estado actualmente intacto. Propone un plan estratégico supramunicipal liderado por la Alcaldía del Distrito Nacional y los demás municipios de la provincia para abordar de manera integral los desafíos urbanos.
La limpieza del río Ozama es una prioridad para Valdez, ya que resolvería varios problemas en el Distrito Nacional y añadiría valor a la ciudad. Destaca que las ciudades con ríos tienen marginales hermosos y costosos, que atraen a visitantes de todo el mundo. Proyectos como La Nueva Barquita, que reubicó a miles de personas en un nuevo desarrollo urbanístico, son ejemplos de intervenciones exitosas que mejoran la calidad de vida de los habitantes y promueven la sostenibilidad ambiental.
Valdez insta a las autoridades a planificar el desarrollo de Santo Domingo de manera adecuada, expandiendo hacia sectores como Villa Juana, Villa Francisca y mejora Social para evitar la concentración de inversión en el polo central de la ciudad. Propone un enfoque de planificación participativa que involucre a la población local en el desarrollo de sus sectores. Su visión es que el desarrollo urbano se expanda hacia la periferia y se descentralice de la zona central, para evitar problemas de congestión y concentración de inversiones en un solo sector.
El arquitecto resalta la importancia de una planificación urbana integral que aborde no solo la infraestructura física, sino también las necesidades de la población y el impacto ambiental. Propone un manejo adecuado de los recursos naturales y una gestión participativa de los proyectos urbanos para garantizar un crecimiento sostenible y equitativo. Valdez considera que el desarrollo de Santo Domingo debe estar orientado hacia la inclusión, la seguridad y la sostenibilidad, siguiendo los principios de desarrollo urbano sostenible y los objetivos de desarrollo humano.