El cierre de la semana en Wall Street fue en rojo, con el índice S&P 500 registrando su peor semana desde marzo de 2023, con una caída del 4,23% en el transcurso de la semana. Esto se debió en parte al débil informe de empleo de agosto y la baja de varios gigantes tecnológicos. Tras el cierre, el S&P 500 se situó en 40.345 puntos, el Dow Jones de Industriales bajó un 1,72% y el Nasdaq cayó un 2,55%.
En agosto, la creación neta de nuevos puestos de trabajo aumentó a 142.000, con un incremento de 53.000 comparado con el mes anterior. A pesar de esta subida, el dato es menor de lo que esperaban los economistas (160.000) y está por debajo de la media anual de creación de empleo, que se sitúa en 202.000 puestos de trabajo al mes en el último año. Según Elise Gould, economista senior del Instituto de Política Económica, el mercado laboral sigue siendo sólido, pero la Reserva Federal necesita ajustar los tipos de interés de acuerdo con la inflación y los indicadores del mercado laboral.
Los inversores se mostraron preocupados por la salud de la economía estadounidense y el posible fin de la euforia por la inteligencia artificial, lo que llevó a la caída de los grandes valores tecnológicos. En el cómputo semanal, el Nasdaq cayó un 6%. Empresas como Amazon, Alphabet, Microsoft, Meta, Nvidia, Advanced Micro Devices y VanEck experimentaron también descensos en sus acciones.
En cuanto a los sectores, las pérdidas predominaron, lideradas por el sector de comunicación y bienes no esenciales, mientras que el sector inmobiliario fue el único que registró ganancias. Entre los 30 valores del Dow, las mayores ganancias fueron para Travelers y McDonald’s, mientras que Amazon y American Express fueron las empresas que más perdieron.
En otros mercados, el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años disminuyó, el oro alcanzó los 2.524 dólares la onza y el euro frente al dólar se situó en 1,11 dólares. Por otro lado, el precio del petróleo de Texas cayó un 2,14%, llegando a situarse en 67,67 dólares el barril, su nivel más bajo desde junio del año pasado. Esto se debe en parte a una posible desaceleración en la demanda de petróleo.