La exreina de belleza Kelly Suárez ha sido condenada a 19 años y 8 meses de prisión en Colombia por proxenetismo de menores de edad. Su caso, que se remonta a una década, ha sido desenterrado por la película "Sound of Freedom" ("Sonido de libertad"). Suárez fue parte de un cartel dedicado al tráfico sexual infantil y fue detenida en 2014 junto a otras personas en una fiesta donde se encontraron menores de edad siendo utilizadas con propósitos sexuales. A través de la agencia de modelaje Stage Models Caribe, reclutaban a menores para ofrecerlas sexualmente a extranjeros.
A pesar de afirmar que fue engañada y que su presencia en el evento donde fue arrestada no la implicaba en las acusaciones, el tribunal falló en su contra por proxenetismo agravado y fue condenada. Aunque Suárez aseguró durante casi una década que era inocente y que fue confundida con otra persona, finalmente deberá cumplir su condena. La exreina de belleza había sido liberada en 2016 gracias a un recurso de hábeas corpus después de dos años en prisión, pero ahora volverá a prisión para enfrentar su condena.
Su participación en concursos de belleza y en la industria del entretenimiento también ha sido destacada, incluyendo su participación en el concurso Miss Dorada y en videos musicales. El caso de Suárez ha cobrado relevancia nuevamente gracias a la película "Sonido de libertad", que aborda el tema de la explotación sexual infantil en Colombia. El personaje de Katy Giselle en la película guarda similitudes con Suárez, quien estuvo involucrada en el reinado popular mientras estudiaba Trabajo Social en el Colegio Mayor de Bolívar.
La producción cinematográfica ha revivido el caso de "Miss Cartagena" y ha generado intensas discusiones en la opinión pública colombiana. La relación entre la vida real de Kelly Suárez y el personaje de la película ha generado polémica y ha llevado a un debate sobre la explotación sexual de menores. Aunque Suárez argumentó durante años su inocencia, finalmente fue condenada por proxenetismo agravado, lo que ha reavivado el interés en su caso y en la problemática del tráfico sexual infantil en Colombia. La condena de Suárez pone fin a una larga batalla legal que ha mantenido en vilo a la sociedad colombiana.