El síndrome de la cabeza explosiva es un trastorno del sueño poco comprendido que se caracteriza por despertarse con sonidos explosivos dentro de la cabeza. Pertenece a la categoría de parasomnias, que incluye otros desórdenes del sueño como la parálisis del sueño y los espasmos nocturnos. A pesar de ser identificado desde 1876, sigue siendo un desorden misterioso del cual se sabe poco.
Los sonidos que se escuchan durante el EHS varían y pueden ser percepciones de disparos, portazos o gritos, siempre breves, muy fuertes y sin una fuente externa obvia. Algunas personas también experimentan alucinaciones visuales o sensaciones físicas como calor o una carga eléctrica en el cuerpo. Aunque se desconoce la causa exacta del EHS, se cree que está relacionada con la actividad neuronal durante la transición del estado consciente al sueño.
Estudios han demostrado que el EHS es relativamente común en adultos jóvenes, con aproximadamente un tercio de la población experimentando al menos un episodio en la vida. Aunque no se considera peligroso, puede causar niveles moderados a severos de miedo y angustia en quienes lo experimentan. No hay tratamientos específicos para el EHS, pero se han identificado algunas estrategias como cambiar la postura al dormir o ajustar los hábitos de sueño como posibles formas de prevenir los episodios angustiantes.
Es importante distinguir entre el EHS y otros tipos de jaquecas, ya que los episodios de EHS son breves y generalmente no están asociados con dolor intenso. Muchas personas encuentran alivio al saber que el EHS es común e inofensivo, lo que puede contribuir a reducir el miedo y la angustia asociados con la experiencia. Mejorar los hábitos de sueño y aplicar técnicas de concientización también pueden ser útiles para prevenir los episodios de EHS.
A pesar de que se desconoce la causa exacta del EHS, se cree que está relacionado con la actividad neuronal durante la transición del estado consciente al sueño. Varios estudios han demostrado que factores como el estrés y los problemas de sueño pueden estar relacionados con la experiencia de EHS. Aunque no se considera peligroso, puede causar niveles moderados a severos de miedo y angustia en quienes lo experimentan, por lo que es importante encontrar estrategias para prevenir y manejar el trastorno.