En los nuevos centros penitenciarios que serán construidos, se empleará personal profesional y técnico civil en lugar de policías o militares. Esto incluye a los agentes de vigilancia y tratamiento penitenciario (VTP), siguiendo el modelo implementado desde 2004. El director de la Oficina Nacional de Apoyo a la Reforma Penitenciaria (Onaprep), Roberto Santana, señaló que el personal militar y policial recién graduado solo será utilizado en apoyo a las prisiones tradicionales antes de que estas pasen al sistema reformado. Se está reclutando a 400 policías y militares para darles instrucción y manejo de cárceles tradicionales.
Los agentes de vigilancia y tratamiento penitenciario (VTP) son los encargados de prestar servicios en los centros de corrección y rehabilitación del país. Sus funciones incluyen mantener el orden y la seguridad en los centros de privación de libertad, organizar las unidades penitenciarias y respetar los derechos de las personas privadas de libertad. El tratamiento penitenciario se enfoca en la reeducación y reinserción social de los penados, con el objetivo de que puedan vivir respetando la ley penal y satisfaciendo sus necesidades.
La construcción de 25 nuevas cárceles con capacidad para albergar a 20,300 reclusos está en marcha, pero con la particularidad de que no se están buscando policías recién graduados para estas instalaciones. El enfoque está en el personal profesional y técnico civil, incluyendo a los agentes de vigilancia y tratamiento penitenciario. Este cambio en el sistema penitenciario apunta a una mayor especialización y enfoque en la reinserción social de los internos, alejándose de la presencia policial y militar en las prisiones.
El proceso de reclutamiento de 400 policías y militares incluye una inducción teórica y práctica para que puedan manejar las cárceles tradicionales que aún no están bajo la administración de la Procuraduría General de la República. Esto representa un apoyo temporal a las instalaciones existentes antes de que pasen al sistema penitenciario reformado. El nuevo modelo penitenciario busca brindar una atención más especializada y enfocada en la reintegración social de los reclusos, con un personal capacitado para cumplir con estas funciones de manera eficaz.
Los cambios en el sistema penitenciario buscan mejorar las condiciones de los centros de corrección y rehabilitación, así como el tratamiento de los internos, con un enfoque en su reeducación y reinserción social. El rol de los agentes de vigilancia y tratamiento penitenciario es fundamental en este proceso, ya que son responsables de mantener el orden y la seguridad, así como de organizar las actividades en las unidades penitenciarias. La implementación de este nuevo modelo penitenciario representa un avance hacia un enfoque más humano y eficaz en el tratamiento de las personas privadas de libertad.
En resumen, la construcción de nuevos centros penitenciarios en República Dominicana incluye la implementación de un modelo que apuesta por personal profesional y técnico civil en lugar de policías y militares. Los agentes de vigilancia y tratamiento penitenciario jugarán un papel crucial en la reeducación y reinserción social de los internos, manteniendo el orden y la seguridad en los centros de privación de libertad. Este enfoque busca mejorar las condiciones y el tratamiento de los reclusos, alejándose de la presencia policial y militar en las cárceles tradicionales.