El 11 de septiembre de 2001, 19 yihadistas de Al Qaeda secuestraron cuatro aviones de pasajeros para perpetrar ataques terroristas contra los símbolos económicos, militares y políticos de Estados Unidos. Dos aviones fueron estrellados contra el World Trade Center en Nueva York, uno contra el Pentágono en Washington DC, y un cuarto avión estaba posiblemente dirigido hacia el Capitolio o la Casa Blanca, pero tras la intervención de los pasajeros se estrelló en Shanksville, Pensilvania. Este día trágico marcó un antes y un después en la historia de Estados Unidos, con las Torres Gemelas reducidas a escombros, el Pentágono severamente dañado y casi 3000 personas muertas y 25 mil heridas.
Los primeros ataques ocurrieron cuando los vuelos 11 y 175 impactaron contra las torres norte y sur del World Trade Center, respectivamente. Estos impactos generaron gigantescas explosiones y dejaron a las Torres Gemelas en llamas. Luego, el vuelo 77 se estrelló contra el Pentágono, mientras que el vuelo 93, que iba hacia San Francisco, se estrelló en Shanksville, Pensilvania, después de que los pasajeros se enfrentaran a los secuestradores. Estos ataques fueron transmitidos en vivo por televisión y conmocionaron al mundo entero.
Tras los primeros ataques, se cerró el espacio aéreo en Estados Unidos y la FAA ordenó a todos los vuelos comerciales aterrizar de inmediato. El presidente George W. Bush fue informado de los ataques mientras estaba en una escuela primaria en Florida y anunció que regresaría a Washington debido al aparente ataque terrorista. Bush fue evacuado a diferentes bases aéreas antes de regresar a la Casa Blanca, donde dio un discurso prometiendo perseguir y castigar a los responsables de los atentados.
El colapso de las Torres Gemelas, primero la torre sur y luego la torre norte, dejó una inmensa nube de polvo y devastación en el sur de Manhattan. Miles de personas resultaron heridas, miles más sufrieron las consecuencias en los años siguientes y el país entró en un estado de alerta máxima. El presidente Bush denunció los actos terroristas como despreciables y prometió encontrar a los responsables, asegurando que Estados Unidos no haría diferencias entre los terroristas y aquellos que los albergan.
Los ataques del 11 de septiembre marcaron un hito en la historia de Estados Unidos, siendo considerados la jornada más oscura del país. Las consecuencias de estos atentados se sintieron a nivel mundial y contribuyeron a cambios significativos en la política exterior y de seguridad del país. A pesar de los años transcurridos, el impacto de los ataques del 9/11 sigue presente en la memoria colectiva y en la forma en que se aborda el terrorismo a nivel global.