Samuel Beethoven Rodríguez, a sus 26 años, ha encontrado su pasión en la música desde que era un adolescente de 13 años. Su madre, María Luz Herreras, periodista y locutora, lo introdujo a la música cuando era niño llevándolo a la iglesia, donde descubrió los diversos instrumentos musicales. A los 13 años, aprendió a tocar el piano de oído y desde entonces ha seguido un camino dedicado al mundo de la música. Su madre lo inscribió en una escuela de música popular para fomentar y desarrollar su talento desde una edad temprana. Posteriormente, completó su bachillerato en música y continuó estudiando música clásica en el Conservatorio Nacional.
Ahora, Samuel Beethoven ha tomado el desafío de recuperar las notas musicales del pasado, especialmente aquellas composiciones criollas que han sido olvidadas con el tiempo. Bajo el nombre artístico de Beethoven, está dedicado a rescatar la música dominicana que ha caído en el olvido. Recientemente, presentó el sexto libro de música "La góndola azul" en colaboración con músicos y cantantes, una obra que rescata la melodía del maestro Alfredo Máximo Soler, director de la Banda Militar en 1890. Con su trabajo, Samuel Beethoven busca preservar la rica historia musical del país y dar nueva vida a composiciones que merecen ser recordadas.
La presentación de "La góndola azul" revivió la zarzuela dominicana a través de una colaboración entre la Fundación Copistas Acuario, presidida por Samuel Beethoven, el libreto de Armando Oscar Pacheco y la dirección musical de Alba Pérez. En esta obra, se interpretaron melodías perdidas que fueron traídas de vuelta a la vida por un talentoso coro y piano, honrando el legado musical de República Dominicana. Samuel Beethoven, en su discurso durante la presentación, destacó la importancia de conservar y rescatar los manuscritos de compositores que han dejado una huella en la historia musical del país. Entre esos compositores se encuentra el maestro José Reyes, quien creó las notas del Himno Nacional.
Durante la presentación de "La góndola azul", se pudo admirar el clarinete histórico del maestro Alfredo Máximo Soler, cuya obra fue apreciada por numerosas personas. El evento fue descrito como una noche llena de emociones, historia y orgullo dominicano por Joel Díaz, vicepresidente de la Fundación Copistas Acuario. La actuación de esta obra musical reveló una joya del repertorio dominicano de 1921, destacando la importancia de preservar y difundir la música nacional. El trabajo voluntario y dedicado de Samuel Beethoven y su equipo busca promover la cultura musical dominicana y rescatar composiciones históricas que merecen ser recordadas y apreciadas.
En su labor de investigación musical, Samuel Beethoven explora la conexión entre la música y las corrientes literarias de principios del siglo XX, en las cuales se gestaron muchas ideas del modernismo latinoamericano. Su trabajo como copista musical no solo consiste en transcribir piezas olvidadas, sino también en contextualizarlas dentro de su época y resaltar su importancia en la historia cultural del país. Gracias a la Fundación Copistas Acuario, bajo la dirección de Samuel Beethoven, se está logrando rescatar y promover composiciones musicales de artistas dominicanos históricos, preservando así un legado invaluable para las generaciones futuras.
En un contexto donde la música y las artes culturales son fundamentales para la identidad de un país, el trabajo de Samuel Beethoven y la Fundación Copistas Acuario adquiere una relevancia especial. La labor de preservar la herencia musical dominicana y difundir la riqueza de su patrimonio artístico no solo enriquece la cultura local, sino que también contribuye al reconocimiento de la diversidad cultural y artística de la región. A través de eventos como la presentación de "La góndola azul" y otras iniciativas, se espera que la música dominicana siga siendo celebrada y valorada como parte integral de la identidad nacional.