Según la historia que se cuenta, la actriz española Elsa Pataky usó calcetines de diferente color en una audición en Hollywood, lo cual le trajo buena suerte. A partir de ese momento, Elsa siempre lleva calcetines de distinto color en sus audiciones, creyendo en la superstición que le trajo éxito en su carrera. Esta anécdota ejemplifica cómo se forjan y consolidan las supersticiones en nuestras mentes a través de asociaciones falsas entre eventos.
La mente humana tiene una tendencia innata a encontrar asociaciones entre eventos para anticiparse a la realidad, favorecida por la selección natural para promover la supervivencia y la reproducción. Sin embargo, las supersticiones son el lado oscuro de esta tendencia predictiva, ya que crean conexiones ficticias entre eventos que no tienen relación real. A pesar de esto, las supersticiones persisten y se mantienen en la sociedad debido a mecanismos cognitivos como el sesgo de confirmación y la profecía autocumplida.
La ciencia ha estudiado la conducta supersticiosa y ha encontrado similitudes en humanos y animales, demostrando que se pueden instaurar conexiones ficticias entre eventos a través de tareas experimentales. Además, las supersticiones pueden influir en el rendimiento de las personas, ya que la creencia en una predicción puede llevar a que esta se cumpla a través de nuestras acciones, como sucede en el caso de Elsa Pataky y sus calcetines de la suerte.
A pesar de ser absurdas, las supersticiones son fáciles de cumplir y se mantienen gracias al "por si acaso" y al "¿y si fuera cierto?". Muchas supersticiones tienen origen cultural y se transmiten a través de tradiciones y costumbres, permitiendo a las personas identificarse con los valores de su cultura. Desde gatos negros hasta el número trece, las supersticiones tienen raíces centenarias y milenarias que dificultan rastrear sus orígenes.
A nivel cognitivo, nuestra mente tiene un sistema intuitivo y automático que busca atajos para procesar información rápidamente, pero también un sistema analítico y reflexivo que puede tomar decisiones racionales y lógicas. Sin embargo, incluso las mentes más racionales pueden albergar creencias irracionales y supersticiones, demostrando que la razón y la superstición pueden coexistir en nuestros pensamientos. En resumen, las supersticiones son parte de la naturaleza humana y persisten en la sociedad debido a diversos mecanismos cognitivos y culturales.