En los suburbios del sur de Beirut, así como en el sur y el este de Líbano, se produjeron nuevas explosiones causadas por trampas explosivas colocadas en walkie-talkies pertenecientes a miembros de Hezbolá y en otros equipos de comunicación. También fue atacada una tienda de teléfonos móviles, lo que resultó en varios muertos y al menos un centenar de heridos. Irán y Hezbollah atribuyen los ataques a Israel, lo que aumenta los temores de una escalada en el conflicto en Medio Oriente.
Una nueva oleada de explosiones sacudió todo Líbano, con dispositivos reconvertidos en pequeñas bombas que detonaron en ciudades como Beirut, Sidón, Tiro y otras. A esta hora, hay poca certeza sobre lo sucedido y sus consecuencias, aunque se reportan al menos tres víctimas mortales y cientos de heridos. Los bíperes utilizados por Hezbolá explotaron el martes, causando la muerte de 12 personas y heridas graves a 200. Ahora, los walkie-talkies de la milicia libanesa, y posiblemente otros dispositivos, también han explotado.
Hezbolá habría adquirido los walkie-talkies hace 5 meses, al mismo tiempo que recibió los bíperes que explotaron anteriormente. Estos ataques son denunciados como una posible violación del derecho humanitario internacional por Volker Turk, Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Las explosiones en Líbano han generado preocupación por una escalada en el conflicto en la región, y las acusaciones entre las partes involucradas contribuyen a un clima de tensión y desconfianza.
La incertidumbre sobre los ataques y sus responsables ha llevado a una especulación generalizada sobre las posibles motivaciones detrás de las explosiones en Líbano. La violencia en el país ha dejado un rastro de muerte y destrucción, y las autoridades locales han pedido una investigación exhaustiva para esclarecer lo sucedido. Las consecuencias de estos ataques podrían tener un impacto duradero en la situación política y social de Líbano y la región en su conjunto.
La escalada de violencia en Líbano plantea preocupaciones sobre la estabilidad en Medio Oriente y el impacto en la población civil. Las explosiones han generado temor y ansiedad entre los habitantes del país, que temen un aumento en la violencia y la inseguridad. La comunidad internacional ha condenado los ataques y ha instado a todas las partes a buscar una solución pacífica y negociada para resolver sus diferencias.
En medio de la incertidumbre y la confusión, es necesario un esfuerzo conjunto de la comunidad internacional para apoyar a Líbano en este momento difícil. Se requiere una respuesta rápida y efectiva para garantizar la seguridad y el bienestar de la población afectada por los ataques. Es crucial abordar las causas subyacentes de la violencia y trabajar en la construcción de la paz y la estabilidad en la región para prevenir futuros brotes de conflicto y violencia.