Después de que el ministro israelí de Defensa anunciara una "nueva fase" de la guerra y tras un aparente ataque israelí que provocó explosiones en dispositivos electrónicos en Líbano, la amenaza de un combate abierto entre Israel y Hezbollah parecía más cercana que nunca. Las esperanzas de encontrar una solución diplomática al conflicto se disipaban rápidamente, y se indicaba que Israel quería cambiar el status quo en el norte del país, donde se lleva a cabo un fuego cruzado con Hezbollah desde que el grupo armado miliciano comenzó a atacar el 8 de octubre.
Israel ha desplegado un potente contingente militar en la frontera norte, ha endurecido sus mensajes y ha declarado oficialmente que el regreso de decenas de miles de personas desplazadas a sus hogares en el norte de Israel es un objetivo de la guerra. Tras las explosiones en Líbano que mataron al menos a 20 personas e hirieron a miles, Israel parece estar preparándose para la guerra de forma más decidida. El general de brigada retirado israelí Amir Avivi señaló que Israel está listo para la guerra, ya que atacar a miles de personas no se hace sin esperar una respuesta.
Mientras disminuyen los combates en Gaza, Israel ha reforzado sus posiciones a lo largo de la frontera con Líbano, incluyendo la llegada de la 98va División del ejército, con miles de soldados especializados en operaciones enemigas. El ejército ha llevado a cabo maniobras a lo largo de la frontera y el comandante Ori Gordin ha declarado que están decididos a cambiar la realidad de seguridad. Los movimientos militares se acompañan de declaraciones más duras de líderes israelíes, como el ministro de Defensa, Yoav Gallant, quien ha hablado de una "nueva fase" de la guerra centrada en Hezbollah.
Aunque no se ha decidido si Israel lanzará una gran ofensiva en Líbano, mucho dependerá de la respuesta de Hezbollah. La opinión pública en Israel parece apoyar una estrategia más dura contra Hezbollah, con una gran mayoría de encuestados judíos que creen que Israel debe intensificar su respuesta. El general retirado Avivi mencionó que la sociedad ejerce presión para ir a la guerra y ganar, lo que podría ser inevitable si Hezbollah no da muestras de retirarse del sur de Líbano. Una guerra de esa magnitud sería devastadora para ambos bandos.
En caso de guerra, se espera que la devastación sea considerable en ambos lados, con un alto número de víctimas tanto en Líbano como en Israel. Desde el conflicto en 2006, en el que Israel causó graves daños en Líbano durante una guerra de un mes contra Hezbollah, la amenaza de un conflicto renovado ha crecido. Las autoridades israelíes prometen medidas aún más duras y la repetición de escenas de destrucción como las vistas en Gaza. Sin embargo, Hezbollah también ha reforzado su capacidad desde entonces, con cohetes, misiles y drones sofisticados capaces de atacar diferentes partes de Israel. La posibilidad de una guerra devastadora parece cada vez más real.