La simetría bilateral es un concepto común en la mayoría de los animales en la Tierra, desde mariposas hasta morsas. Esta simetría se remonta a 570 millones de años atrás, en el período Ediacárico, cuando la vida animal solo existía en los océanos. En ese entonces, las formas y estructuras de los animales eran muy variadas, con una simetría de deslizamiento que definía muchos organismos de esa época.
La simetría bilateral proporcionó una ventaja evolutiva a los animales, permitiéndoles moverse de manera más eficiente, concentrar estructuras sensoriales y diversificar comportamientos complejos. Esto llevó a la dominación de los animales bilaterales sobre otras formas de vida en el océano, alterando el entorno y condenando a la extinción a muchas criaturas antiguas. La simetría bilateral se convirtió en un molde exitoso para la evolución animal.
Aunque la mayoría de los animales tienen simetría bilateral, los equinodermos, como las estrellas de mar, son una excepción a esta regla. Su plan corporal y diseño son muy diferentes, lo que los convierte en un caso interesante para estudiar la evolución y sus límites. A pesar de tener cuerpos distintos, los equinodermos han sobrevivido durante cientos de millones de años en un mundo dominado por animales con simetría bilateral.
En el caso de las plantas, la simetría bilateral no es tan común. Su desarrollo modular les permite crecer de forma indefinida, adaptándose a las condiciones del entorno en el que crecen. Aunque rara vez son perfectamente simétricas, las plantas presentan simetría en diferentes órganos, como las hojas que suelen tener simetría bilateral. A pesar de las diferencias entre plantas y animales en cuanto a simetría, ambos comparten el patrón general de organización en su estructura.
En los seres humanos y otros animales bilaterales, la asimetría interna es un fenómeno común, con órganos, como el corazón, el hígado y el estómago, ubicados de manera asimétrica en el cuerpo. Esta asimetría interna plantea un rompecabezas en términos de desarrollo embrionario y la determinación de la izquierda y la derecha en el cuerpo. A pesar de que la simetría bilateral es común en la mayoría de los animales, la asimetría interna también desempeña un papel crucial en la anatomía y la fisiología de los seres vivos.
La simetría y asimetría en los seres vivos son fenómenos complejos y fundamentales para la vida en la Tierra. La simetría bilateral ha sido un diseño ventajoso para la evolución de los animales, permitiéndoles diversificar y adaptarse a diferentes entornos. Por otro lado, la asimetría interna en los animales bilaterales plantea desafíos en cuanto al desarrollo embrionario y la organización de los órganos en el cuerpo. Estos conceptos de simetría y asimetría son fundamentales para comprender la diversidad y evolución de la vida en nuestro planeta.